"Se acabó, déjenme y huyan": Testimonios de menores con discapacidad por ataques de Israel a Palestina

Miles de menores de edad han adquirido una discapacidad tras el inicio de los constantes bombardeos de Israel a Palestina

"Se acabó, déjenme y huyan": Testimonios de menores con discapacidad por ataques de Israel a Palestina

"Se acabó, mamá. Déjenme sola y huyan ustedes". Esas son las palabras más duras que recuerda Hala Al Ghoula, mujer palestina. Quien las dijo fue Ghazal, su hija de 14 años con parálisis cerebral y movilidad reducida. Ellas, junto a su familia, huían hacia el sur de la Franja de Gaza tras el inicio de los ataques de Israel, hace casi un año.

Sus padres se turnaban para cargar a Ghazal y se cansaban rápido. Se detenían a descansar pese al riesgo de las bombas que cada vez se acercaban más. 

Ella es una de las 98 mil menores de edad que vivían con una discapacidad, por lo menos en el conteo que se tenía hasta el 7 de octubre del 2023, cuando comenzó la guerra. "Esa cifra es más alta ahora", explica Emina Ćerimović, directora asociada de la División de Derechos de las personas con Discapacidad de Human Rights Watch. También es autora de un informe donde se reúnen las experiencias de mujeres como Ghazal y su familia, junto a las consecuencias que dejan para esta comunidad los continuos bombardeos y el bloqueo de la ayuda humanitaria.

"Las acciones militares israelíes han infligido sufrimientos y traumas desproporcionados, especialmente a los niños con discapacidad", es la gran conclusión del informe, explica El País.

En este estudio también se documenta que "el uso de artefactos explosivos por parte de Israel ha causado más discapacidades entre los niños", señala la autora. Hasta ahora, no se sabe con exactitud cuántas personas con discapacidad ha dejado el bombardeo constante, pero la Unicef da un panorama fuerte: al menos mil menores habían perdido una o dos extremidades en las 10 primeras semanas de conflicto. Para el 29 de junio, las ONG palestinas calculaban que al menos 10 mil personas habían adquirido una discapacidad; la mitad de ellas serían niños.

En enero de este año, Save the Children informó que, en promedio, 10 niños perdían una o ambas piernas cada día. "No hay cifras actualizadas, pero en este último viaje, he conocido a docenas de niños con amputaciones", explicaba James Elder, portavoz de Unicef.

Entre los casos está Leila Al Kafarna, madre de tres niños de 7, 13 y 14 años. Residentes de Beit Hanoun, al norte de Gaza, sufrieron las primeras caídas de bombas. Al despertar entre los escombros, sujetando a uno de sus hijos, corrió lo más rápido que pudo. "LE gritaba a mi hijo que corriera antes de que volvieran a bombardear, y sentí que mi hijo era ligero. Entonces miré y vi que sólo llevaba su brazo". El niño había perdido su brazo y ahora, tras varias operaciones y una prótesis, tuvo que quedarse en la Franja de Gaza con sus dos hermanos y su padre, quien enfermó, mientras ella busca comida y medicamentos para su familia.

Sumado a los problemas físicos, la guerra está afectando también a la salud mental de los palestinos, en especial a los menores. La Unicef señala que "hay una cicatriz psicológica; muchos niños con amputaciones no quieren que los médicos ni sus padres los vean. Es un trauma encima del trauma", añade. Además, explica que no hay prótesis disponibles, por lo que niñas y niños no pueden acceder a ellas.

A la fecha, estiman que hay 1.2 millones de menores de edad en Gaza que necesitan apoyo psicosocial y tratamiento para atender su salud mental, una cifra que pasó al doble tras el inicio de la guerra.

Este impacto psicológico "se agrava en el caso de los niños con discapacidad, que temen no poder huir de los ataques, ser abandonados y que su situación pueda poner en peligro a sus familiares", señala Human Rights Watch.

"Desde el día en que estalló la guerra, destruyeron lo que había de nosotros. Demolieron mi casa y mi habitación, que guardaban todos mis recuerdos. Se llevaron todo lo que me ayudaba a vivir, como mis aparatos ortopédicos, mi bota y mi silla de ruedas. ¿Cómo puedo volver a ser como era sin todo esto?", se lee en uno de los testimonios de Ghazal en el documento.

Con este trabajo, buscan "presionar a Israel y a los países que le prestan apoyo militar y diplomático a que cambien de rumbo". Cermovic hace énfasis en su petición a "Estados Unidos, Reino Unido, Canadá y los miembros de la Unión Europea en su presión a Israel para que garantice la seguridad y protección de los niños con discapacidad". Asimismo, pide que se detenga la exportación de armas a Israel para que "sus fuerzas no sigan cometiendo abusos y violaciones con impunidad". 

Esta información fue publicada originalmente en http://yotambien.mx/ portal sobre discapacidad inclusiva

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