"Pobreza es un escándalo": Papa en Jornada Mundial de los Pobres

Previo a la misa, el papa almorzó con un grupo de mil 200 personas sin hogar

"Pobreza es un escándalo": Papa en Jornada Mundial de los Pobres

El Papa Francisco expresó que "la pobreza es un escándalo" y pidió que se escuche "el grito de dolor" de los más necesitados.

En su homilía durante la misa en la basílica de San Pedro con motivo de la VII Jornada Mundial de los Pobres, el Sumo Pontífice recurrió a "la parábola de los talentos" para explicar la importancia de que "cada uno de nosotros, según las propias capacidades y posibilidades", ayude a los que menos tienen con el gran ´capital´ que ha sido puesto por el amor del Señor".

Asimismo, dijo que esta parábola sirve de advertencia para verificar con qué espíritu estamos afrontando el viaje de la vida, pues hemos recibido de Dios el don de su amor y estamos llamados a ser don para los demás. 

"Colmados de dones, estamos llamados a hacernos don, nosotros que hemos recibido tantos dones tenemos que ser don para los demás. Las imágenes usadas por la parábola son muy elocuentes: ´Si no multiplicamos el amor alrededor nuestro, la vida se apaga en las tinieblas; si no ponemos a circular los talentos recibidos, la existencia acaba bajo tierra, es decir, es como si estuviésemos ya muertos´. "¡Cuántos cristianos enterrados! ¡Cuántos cristianos viven la fe como bajo tierra!", exclamó.

Francisco llamó a reflexionar "en las pobrezas materiales, culturales y espirituales que hay en el mundo, y en los pobres que se han convertido en invisibles y que cuyo grito de dolor es sofocado por la indiferencia general de una sociedad muy ocupada y distraída".

"Tantas pobrezas cotidianas. Y no son uno, dos o tres, son una multitud. Los pobres son una multitud y pensando en esta inmensa multitud de pobres, el mensaje del Evangelio es claro, ha concluido: ´¡no enterremos los bienes del Señor! Hagamos que circule la caridad, compartamos nuestro pan, multipliquemos el amor. La pobreza es un escándalo", pronunció.

Por último, pidió pensar en cuántas personas están oprimidas, cansadas, marginadas, en las víctimas de las guerras y en aquellos que dejan su tierra arriesgando la vida, en aquellos que están sin pan, sin trabajo y sin esperanza.

Previo a la misa, el papa almorzó con un grupo de mil 200 personas sin hogar, discapacitados y refugiados en el Vaticano.

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