Perrito cuida el cuerpo de su dueño; fue asesinado en la Guadalupe Borja
Mientras policías y vecinos se retiraron del lugar del crimen, Firulais continuaba esperándolo en la puerta de lo que fue su casa
Un hombre perdió la vida la mañana de este viernes en la colonia Guadalupe Borja.
Al interior de la casa marcada con el número 442 de la calle Laguna del Espejo y Mazatlán, estaba Mario, quien era pepenador y al momento de su hallazgo se encontraba tendido en el piso.
Testigos afirmaron que presentaba diversos golpes el cuerpo, pero cuando los agentes de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana llegaron, no estaba solo, pues a un lado estaba Firulais, el perrito que lo acompañaba a todas partes.
El reporte enviado por los oficiales a bordo de la unidad 72657 explica que a las 10 de la mañana arribaron paramédicos del Sistema Estatal de Urgencias, pero Mario ya no contaba con signos vitales.
Firulais permaneció ahí en todo momento e incluso impidió que los agentes de la Policía Estatal volvieran a ingresar a la vivienda; les ladró e intentó morder. Cuidaba a Mario.
Vecinos del lugar explicaron que el hombre de aproximadamente 50 años de edad vivía en esa casa desde hace dos años, ya que la propiedad estaba abandonada.
“De hecho, yo reporté para allá para el 911, nadie quería reportar, porque yo trabajo a las 9, ya lo había visto la gente, pues según dicen que estaba golpeado, lo reporté yo porque era amigo mío; siempre le daba para el refresco y todo”, comentó uno de los vecinos.
Y es que cuando llegaron los elementos de la Fiscalía General del Estado Firulais no permitían que se llevaran el cuerpo de quien cuando apenas tenía 6 meses lo recogió de las calles y lo alimentó hasta el último día en que su corazón dejó de latir.
“No quiere, no se quiere ir, si dicen que no dejaba ni que se acercaran los policías, en la mañana, quién sabe quién se lo lleve o el mismo se va con otras personas por ahí, si, andaba con él en su triciclo; sí nosotros supimos por una vecina, ¡mataron a 'Mario loco!, ¿como que lo mataron?, si allá venía con el triciclo”, expresaron.
Los peritos tuvieron que sacar al lomito cargado de la casa, pues no entendía lo que había pasado, mientras que en la banqueta una criminalista se puso a jugar con Firulais para que no intentara ingresar a la vivienda nuevamente y pudieran concluir con las indagatorias.
El cuerpo inerte de Mario, vecinos y policías, todos se retiraron del lugar, menos Firulais, él seguía en la casa marcada con el número 442, esperando a que Mario regresara.
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