Una semana cumplen desaparecidos dos jóvenes en Cunduacán
Sus padres piden a la FGE agilizar su búsqueda
Angustia, desesperación y miedo, es lo que ha vivido la familia Estrada Ramos, a una semana de que sus hijos Alejandro y Deybi, fueran sustraídos de su domicilio en el Ejido San Benito La Bolsa del municipio de Cunduacán.
Al respecto, don Rosario Estrada de la Cruz, padre de los jóvenes desaparecidos, contó que la noche del pasado domingo 27 de octubre, presuntos criminales ingresaron a su domicilio, e hicieron destrozos, y se llevaron a Alejandro y a Deybi.
Dijo que, a pesar de haber interpuesto la denuncia ante la Fiscalía General del Estado (FGE), en la delegación de Tulipán, no han tenido respaldo alguno en la búsqueda de sus hijos e incluso, ni seguridad les han brindado.
"Sustrajeron a mis dos hijos, con una rabia tremenda, tumbaron puertas, todo, y a mi mujer la golpearon. Subieron a mis dos hijos con violencia y hasta ahorita no tenemos ningún dato de ellos, porque el martes pusimos la denuncia en la Fiscalía municipal... y dijeron que iban a ir al siguiente día a hacer un levantamiento del daño, y hasta ahorita no sabemos ni sombra de ellos...no nos han ayudado en nada, ni seguridad ni nada", dijo.
Don Rosario, comentó que duermen temerosos de que quienes se llevaron a sus dos hijos, regresen a golpearlos o a hacerles daño, por ello, pidieron a la FGE que actúe pronto en este caso, para localizar a Alejandro y a Deybi.
"Lo más preocupante es que son 9 días y 9 noches de intensa agonía, y de nuestros hijos no se sabe nada, ni quisiera si lo hayan dejado tirados por ahí o estén muertos, nada. Además, la violencia en Cunduacán sigue imparable. Nosotros andamos en el aire. La verdad, seguimos desesperados", señaló.
Agregó que, días antes de lo ocurrido, uno de sus hijos sostuvo un enfrentamiento con una persona, presuntamente dedicada a actividades ilícitas, y aunque no descarta lo peor, también consideró que las bandas que operan en la entidad podrían estar "reclutando" a jóvenes mediante este tipo de "secuestros".
"Yo lo que temo es que nuestros hijos no lo estén desapareciendo, y estén organizando la misma gente mala, con los mismos hijos buenos de nosotros, algo malo, porque no sabemos de ellos, si están vivos o amontonados, capacitándolos para algo malo", apuntó.
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