Los milagros de Cupilco: Corazón de mi bebé ya no latía, la Virgen lo protegió con su manto

Virginia Hernández Alejandro, vivió momentos de mucha tristeza cuando su segunda hija, María Yareli, falleció cuando apenas tenía una hora de nacida, ya que presentaba una malformación congénita en su corazón.  

Entró en un cuadro de depresión, el cual después de un tiempo pudo superar y transcurrir en su vida cotidiana. Sin embargo en agosto del 2020 quedó embarazada por tercera vez, pero la pesadilla regresó. 

"Mi bebé al parecer no tenía latido, y ya eran las suficientes semanas para que tuviera latido, entonces me dijeron que había que sacarlo, me dieron oportunidad otra semana para ver si aparecía latido y el latido que apareció era muy débil, me dijeron que lo mejor era sacar ya al bebé", contó. 

La angustia que vivió durante su segunda hija regresaba para atormentarla, con el mismo problema, aunque ahora, el diagnóstico era aún más grave.

"Sentí mucha tristeza, mucho dolor, y yo le decía a la virgen, madre santísima yo no voy a volver a pasar por el mismo dolor dos veces de enterrar a un hijo, no puedo, y le dije ¡ayúdame!, yo tenía el anhelo de tener una niña porque ya la había tenido en mi vientre, pero no en mis brazos y decía ¡quiero tener una hija!", contó. 

Durante su embarazo y en pandemia, Virginia siguió en línea las transmisiones que el Santuario La Asunción de María realizaba sobre sus misas y fue entonces cuando se encomendó pidiendo con todas sus fuerzas el milagro de que su bebé naciera sana. Sin saber que la Santa tenía para ella otros planes.

"La virgen me concedió esa dicha de que pasaran los nueve meses y mi bebé estuviera bien, yo decía seguro es un niño, ¿por qué?, porque yo en todo mi embarazo iba al doctor y le decía no se fije en el sexo, no quiero saber que voy a tener, sólo quiero saber que mi bebé está bien y que al momento de nacer no se me va a morir, como mi segundo hijo", relató. 

El deseo de la señora Virginia, su fe y confianza en la Virgen de la Asunción, hicieron a un lado los pronósticos médicos y le colocaron en sus brazos lo que tanto había soñado. 

"Fueron momentos maravillosos, no podría describir la alegría tan inmensa que tenía de saber que la virgen no sólo me había concedido la dicha de tener a mi tercer bebé, era una niña, lo que la virgen me dio, me dio el milagro; y lo recibí con tanta felicidad, porque no sabía que era una niña, no lo supe hasta el último momento, creí que era un niño; la verdad que vine a darle gracias a la virgen, a cumplir mi promesa con ella y también le dije me acuerdo en esa cama que algún día iba a dar testimonio de la bendición, el gran milagro que había recibido y que es mi niña, lo milagros existen y prueba de ella es Mística Regina, mi hija de dos años", resaltó.