Las mujeres sumisas

Las mujeres sumisas
Por

Aunque nos parezca difícil de creer y de aceptar, aún hay muchas mujeres sumisas. Han sido sometidas y viven en ese contexto por diversas razones. Muchas han aprendido a hacer a un lado sus necesidades, sus deseos y dan prioridad a los demás. Son capaces de soportar situaciones de estrés, permiten la humillación y los abusos que otras personas no soportarían. Son sometidas en el trabajo, por la familia, los amigos, los hijos o por la pareja. El sentido de sus vidas es entregarse a los demás, renuncian a sus cosas personales con tal de hacer algo por alguien, y llegan renunciar a experiencias agradables. Han aprendido a ser aceptadas y queridas por los otros a través del sacrificio y se esfuerzan por mejorar la vida de los demás sin esperar gratificación.

La persona con carácter sumiso padece calladamente, sufre, soporta y permanece subordinada a los otros sin intentar o sin poder salir de la situación en la que está.


No suelen pedir favores y no realizan grandes esfuerzos para lograr sus propios objetivos. Más bien expresan lamentaciones y quejas. Son personas que parecen derrotadas y con mucha dificultad para el cambio. Dan una imagen de sumisión y su intención es agradar a los demás, pero a nivel inconsciente encontramos mucho enfado, mucha hostilidad y rencor acumulados que no logran expresar fácilmente. Temen que estos sentimientos exploten, por lo que liberan toda esta rabia contenida de manera inconsciente y provocan al otro para que les agreda.

SUMISA CON SU PAREJA

Podemos entender la sumisión como una serie de comportamientos, costumbres y prácticas sexuales que una mujer permite y que nos indican que un individuo pueda ejercer tanto poder, como dominio sobre ella. En algunos casos, la mujer puede sentir cierto gusto por el hecho de ser dominada. Todavía existen mujeres dóciles y sumisas que creen que sentir pasión por su pareja es acompañarlo hasta el fin del mundo, venerarlo como si fuese un Dios y vivir siempre a sus pies. La autoestima y los valores de estas mujeres están sujetas al comportamiento y forma de ser de su pareja. Hay casos de hombres canallas, abusivos y maltratadores de su pareja, donde la mujer, manipulada, lo consideraba más bien como un gran hombre y que si actuaba así era para protegerla, o demostrarle su amor. En una época se pensaba que las mujeres más sufridas, las que permitían que el marido las manejara a su antojo, eran las que más amaban pues eran buenas mujeres, además veían cualidades en sus esposos y eso era lo que valoraban. Estaba descartado que la mujer abandonara a su pareja; era mal visto por la sociedad y la familia no aceptaba divorcios ni fracasos por lo que la mujer se sentía obligada a cumplir su destino impuesto o escogido. Muchas mujeres sumisas dicen querer a su pareja, pero se la pasan contando cómo este las maltrata o controla. Lo justifican y le permiten todo. Además lo justifican, si llega borracho, es porque según dicen, necesita distraerse con sus amigos de vez en cuando; si llega muy tarde a casa, ellas comentan que es porque él dice que trabaja mucho; si es controlador o celoso, ellas justifican que es porque su esposo así demuestra cuánto la quiere, etc.

Una mujer sumisa a veces incluso es abnegada, deja de lado sus intereses personales al cuidado y asistencia de los pobres, enfermos o de los más necesitados: una hija que renuncia a su crecimiento profesional y a casarse para cuidar de sus padres que están enfermos puede considerarse una muestra fiel y auténtica de la abnegación.

Los hijos de este tipo de parejas dominantes y dominadas, tomarán a su vez, este modelo de vida y sobreentienden que así es como también deberán comportarse con sus respectivas parejas aún desde el noviazgo. Algunos harán conciencia de la situación y optarán por un cambio, pensarán en construir una relación basada en el respeto mutuo y la comunicación. Los hijos ven el sufrimiento de la madre y no quieren ya más dolor, también otros pensarán en que estas conductas de maltrato a la mujer las pueden sufrir sus hijas y no les gustará. Si una mujer es de voluntad fuerte y no quiere vivir el resto de sus días enferma con una pareja dominante y autoritaria, intentará encontrar un compañero que la trate bien, que sea considerado, amable y que no le conteste con una agresión sino con dulzura y respeto.

Se entiende en este sentido por abnegación la renuncia o el sacrificio hecho de una cosa por una causa cualquiera. Hecha por fines humanos ha sido practicada en todos los tiempos. La vida es una continua abnegación, de hecho siempre se sacrifican unos bienes para alcanzar otros.
EN LA PELÍCULA LA BUENA ESPOSA SE CUMPLE EL REFRÁN “DETRÁS DE UN GRAN HOMBRE, HAY UNA GRAN MUJER” Se descubren los secretos oscuros de un escritor ganador del Premio Nobel en la película La buena esposa. Los dichos populares son para romperse. Y es que tal vez algunos de los “grandes hombres” de la historia no lo sean tanto como pensamos: hablamos, en concreto, del caso retratado en la película La buena esposa. Este filme del director sueco Björn Runge narra la historia de Joan Castleman (Glenn Close), la sumisa esposa del veterano y famoso escritor Joe Castleman (Jonathan Price), quien acaba de ser notificado de que será el ganador del Premio Nobel de Literatura. A partir de ese momento, Nathaniel Bone, un periodista interesado en elaborar un libro acerca de la vida del famoso escritor, descubre un gran secreto: el nivel de escritura de Castleman se elevó de forma radical en el momento en que conoció a su esposa aún siendo muy jóvenes. Dicho descubrimiento revela una muy probable verdad: que la esposa sea coautora o autora expresa de todo el éxito de Joe. A partir de una interesante trama, la película narra las penurias que Joan tuvo que vivir en pos del trabajo de su marido: soportar infidelidades, dejar de firmar textos de su autoría y aguantar los malos tratos de Joe a ella y a su hijo David, un joven tímido con gran talento para la escritura. Annie Stark, hija de Glenn Close, interpreta el papel de Joan Castle en su época de juventud. Esta película está basada en la novela The Wife, escrita por la norteamericana Meg Wolitzer, una empecinada defensora de la igualdad laboral entre hombres y mujeres.

Mucho hemos escuchado sobre la sumisión y que es propia en la cultura asiática u oriental y obedece a las leyes y costumbres culturales y religiosas de cada país. Hoy por hoy, se hacen campañas en todo el mundo para que esa situación denigrante para la mujer cambie y se deje ese rol de sumisión o dominio, para tener un mejor desempeño en equidad en el ámbito personal y profesional. Las personas sumisas son tan vulnerables que necesitan a una persona que las proteja. Por eso, es completamente natural que terminen en relaciones dependientes donde la otra persona le da sentido a su vida, al mismo tiempo que la protege. Esto se cree cierto incluso en aquellas relaciones en las que se produce maltrato. Pues, aunque la otra persona no las trate bien, al menos tienen a alguien con ellas. Un punto de vista que las expone a sufrir mucho en sus relaciones. La terapia psicológica es muy importante para la salud mental y la autoestima de la víctima la familia.

PSIC. SARA L. CAMPOS CHAVOLLA
AV.GREGORIO MENDEZ #1110 TORRE MEDICA 2DO PISO SALA A
TEL: 3-14-11-78 CEL: 9931920934



Noticias relacionadas

Las mujeres sumisas

Senado aprueba Plan B de la Reforma Electoral

Las mujeres sumisas

Niegan a Blanca Eni amparo con el que buscaba frenar en definitiva su destitución

Las mujeres sumisas

Declararse testigo y revelar “si informaba a Fox o Calderón”, plantea AMLO a García Luna

Las mujeres sumisas

Multas de tránsito serían digitales en Tabasco; iniciativa ya está en el Congreso local