Entre aplausos, mariachi y banda sepultan a jóvenes que fueron fulminados por un rayo
Amigos y familiares dieron el último adiós a los adolescentes
Al sonido de mariachis, música de banda y aplausos, despidieron a Chucho y Lalo, los jóvenes que fallecieron por la caída de un rayo en la Villa Luis Gil Pérez, el pasado lunes.
En punto de las cuatro de la tarde, familiares, amigos, compañeros de equipo de futbol y de la escuela, asistieron a la misa en la iglesia San Francisco de Asís, para pedir por el eterno descanso de los dos adolescentes.
Al final de la ceremonia religiosa se dirigieron al panteón de la villa con globos blancos, lonas con los nombres de cada uno y su fotografía, un balón de futbol y además, portando el uniforme del equipo al que pertenecían; motociclistas y una cabalgata escoltaron los féretros hasta el lugar donde descansarán eternamente.
Allí, amigos como Eduardo Iván González, aprovecharon para dedicarles algunas palabras.
"Ellos eran unos jóvenes maravillosos, trabajadores, humildes, sobre todo, siempre se levantaban desde las cinco de la mañana a poner el maíz para su abuelita y todo porque ellos vendían empanadas, tortillas, tamalitos", dijo.
Por su parte Gerardo de la Rosa, quien estudiaba con Lalo en la escuela secundaria técnica 30, resaltó que siempre extrañará a su amigo.
"Feliz, amable, era un muy buen compañero para mí, -lo vas a extrañar-, sí bastante".
Por último Irvin Alexander dijo que convivió mucho con los primos, ya que jugaban futbol en el deportivo La Cruz.
"Eran buenos amigos, la neta no se merecían lo que les pasó y me da tristeza porque pues convivíamos todos los días ahí, fue una desgracia lo que les pasó", dijo.
Como trabajadores, grandes deportistas y muchachos de bien, así serán recordados Carlos Eduardo y Joshua Jesús, quienes ya descansan en su última morada.
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