En la vida sólo el amor de Jesús es gratis, dice Papa Francisco a 1.5 millones de jóvenes en Lisboa

Detrás de cada éxito hay mucho entrenamiento, por eso, cuando uno se caiga, hay que levantarse, porque lo único gratis en la vida, es el amor de Jesús, dijo el Papa Francisco a los más de 1.5 millones de jóvenes reunidos en la Jornada Mundial de la Juventud.

Durante su mensaje en la Vigilia de Oración que realizó en el Parque Tejo de Lisboa, capital de Portugal, el Sumo Pontífice invitó a los jóvenes a que no tengan miedo de caminar con constancia en la vida para lograr las cosas, pero siempre, entrenando mucho.

"No hay ningún curso para enseñarnos a caminar en la vida, eso se aprende, se aprende de los padres, se aprende de los abuelos, se aprende de los amigos, llevándose de la mano mutuamente. En la vida se aprende y eso es entrenamiento en el camino. Yo los dejo con esta idea nomás: caminar y si uno se cae levantarse, caminar con una meta, entrenarse todos los días en la vida. En la vida nada es gratis, todo se paga, sólo hay una cosa gratis: el amor de Jesús.", enfatizó.

En tal sentido, cuestionó a los jóvenes presentes en el llamado "Campo de la Gracia", cuántas veces se han sentido cansados, sin ganas de nada, de "tirar la esponja", sin embargo, subrayó que el hecho que una persona esté caída, que cometió un fracaso, errores fuertes y haber pecado, no significa que esté terminada.

Por ello, invitó a que ayuden a levantar a los que están caídos y refirió que sólo por esa ocasión, es válido mirar a las personas de arriba hacia abajo, pero no por indiferencia, sino para levantarlo del abismo donde se encuentre.

"El que permanece caído se jubiló de la vida ya, cerró, cerró la esperanza, clausuró la ilusión y ahí queda caído. Cuando vemos algunos amigos nuestros que están caídos, ¿qué tenemos que hacer? Levantarlo. ¡Fuerte! Levantarlo. Fíjense cuando uno tiene que levantar o ayudar a levantar a una persona, ¿qué gesto hace? Lo mira de arriba hacia abajo. La única oportunidad, el único momento que es lícito mirar a una persona de arriba a abajo es para ayudar a levantarse", indicó.

Por último, los exhortó a que sean raíces de alegría para los demás, así como hizo la Virgen María cuando "partió sin demora" a visitar a su prima Santa Isabel, porque apuntó, la alegría es misionera.

"Esa alegría que vino por esas raíces es la que nosotros tenemos que dar. Porque nosotros tenemos raíces de alegría. Y también nosotros podemos ser para los demás raíces de alegría. No se trata de llevar una alegría pasajera, una alegría de momento. Se trata de llevar una alegría que cree raíces", alentó.

Para este momento especial, el escenario estaba iluminado con una monumental cruz blanca, y durante la Vigilia de Oración, en la que se expuso el Santísimo, se escucharon dos testimonios, el de un sacerdote que estuvo a punto de abandonar el camino eclesial, y el de una joven de Mozambique, cuyo pueblo fue atacado por terroristas.