El gobierno que más se queja de la falta de dinero, es el que más se roba a sí mismo

El gobierno que más se queja de la falta de dinero, es el que más se roba a sí mismo


El gobierno no hace cosas porque no tiene dinero, y no tiene dinero porque la sociedad no paga los suficientes impuestos; por otro lado el pueblo no paga y se rehúsa a pagar impuestos porque el gobierno todo se roba. Una verdadera tragedia resultan esos círculos viciosos que se apoderan de algunas sociedades.


A partir de los años 80s, en la transición al modelo liberal, nuestros gobiernos se convirtieron en los “no hay”, agarrados de mal entendido concepto de competencia y competitividad, los gobiernos dieron por hecho que impulsar la competitividad era privatizar y provocar un Estado Nacional débil. Nada más arriesgado que confundirse entre la dimensión y la solidez de un Estado-Nación. El resultado para países como México ha sido tener un Estado más débil, pero no necesariamente más pequeño (revisemos la nómina), lo que se redujo fueron las capacidades, las atribuciones, pero no el gasto que se ejerce.


Por otro lado, este empequeñecimiento del Estado, no necesariamente generó más competitividad y competencia en el mercado, es decir, nuestros mercados hoy, no son necesariamente mejores y más competitivos ahora que antes. Sin duda, debido al tiempo, al crecimiento poblacional, hoy, hay más empresas, más unidades económicas en lo general, pero no tenemos mercados más competitivos; por el contrario, muchos sectores estratégicos que antes eran públicos hoy en lo privado continúan su alto nivel de concentración (monopolios y oligopolios). Es del dominio público está concentración en temas energéticos, telecomunicaciones, mercados financieros, transporte terrestre y aéreo.

¿Qué estamos viendo hoy?, que esa convivencia entre estado y mercado, ha tenido procesos y resultados realmente perversos en las altas esferas de la política y la economía mexicana. No solo hemos vivido la privatización formal de los bienes públicos, sino una privatización (robo) informal de los recursos e ingresos públicos a manos de privados ligados a los gobiernos en turno. Tal es el caso del “huachicol”, el gobierno en pleno proceso activo de una Reforma Energética, no solo reparte recursos nacionales en las “rondas”, sino que en paralelo saquea a la denominada hoy “Empresa Productiva del Estado” PEMEX. Es el gobierno robándose a sí mismo.

Esto sin duda, es sumamente grave, no solo por el latrocinio que vivimos, sino además indignante por las grandes necesidades que viven millones de mexicanos. Estos gobiernos del “no hay”, son los creadores de conceptos y frases como: “el gasolinazo”, “hay que apretarse el cinturón”, “necesitamos hacer recortes”, “no subimos salarios, porque se genera inflación”, entre otras.

Sin duda el tema del robo de combustibles tiene intereses creados muy fuertes y arraigados, lamentable además es la certeza de que no es el único medio por el que se sigue sangrando al país. Simplemente, las cosas tienen que cambiar.
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