¿Qué es el mansplaining?
El término adquirió notoriedad gracias a la escritora estadunidense Rebecca Solnit, quien tuvo la idea a partir de una anécdota en una fiesta, en donde un hombre se le acercó y le preguntó de qué trataban sus libros. Ella comenzó a hablarle sobre el más reciente, sólo para no ser interrumpida por el varón, que comenzó a darle su opinión sobre otro libro que, según él, tocaba el mismo tema, sólo que mejor. Por supuesto, resultó que ese libro era el mismo del que Solnit hablaba en un comienzo, del que también, claro, era la autora. Fue entonces que escribió en el año 2008, un ensayo llamado “Los hombres me explican cosas”, en donde se cuestiona la tendencia de los hombres a explicar cosas con tono casi paternalista. El concepto tiene su mayor expresión en aquellas situaciones en las que el hombre sabe poco y la mujer, por el contrario, es la experta en el tema, pero para la soberbia del varón, es irrelevante: él tiene algo que explicar y eso es lo único que importa.
El concepto puede resultar un tanto problemático, pues su mal entendimiento podría derivar en que sea utilizado para callar o menospreciar la opinión de cualquier hombre. Es por esto que es importante tener claro el verdadero significado de esta palabra. No sería el caso donde el hombre explica cosas porque en realidad tiene una experiencia mayor comprobada sobre el tema. Es decir, no hablamos sobre un profesor dando un tema a una alumna sobre el que ella está apenas aprendiendo, o sobre un mecánico explicando lo que está mal con el motor de su carro a una mujer. Mansplaining se refiere, mejor dicho, a aquella situación en la que un hombre cualquiera trata de explicar a una mujer cómo amamantar a su bebé, o sobre otro explicando a una escritora el significado de su propio libro. La diferencia entre estos ejemplos radica, en que los hombres se sienten con derecho a desestimar las experiencias que las mujeres dicen que tienen. El neologismo machoexplicación (de macho y explicación), que tiene ya cierto uso y comparte el mismo carácter informal del original inglés, es una alternativa que recoge adecuadamente su significado y que permite además la creación de otras voces de la misma familia léxica, como el sustantivo machoexplicador o el verbo machoexplicar.
Juana Gallego, profesora y directora del Observatorio para la Igualdad de la Universidad Autónoma de Barcelona, describe que el problema se hace patente en múltiples ocasiones. En un artículo que escribió, habla sobre la poca visualización que se les da a las luchas y problemáticas feministas, hasta que a un hombre se le ocurre hablar sobre el tema y entonces se vuelve algo con relevancia porque un hombre importante lo dijo.
Un mansplainer se siente con la importancia, la autoridad y la confianza otorgada por siglos y siglos de una sociedad machista para dar explicaciones sobre cualquier cosa y asume que su palabra sea la última sobre un tema simplemente por una cuestión de género.
Hablar sobre mansplaining implica que, por el simple hecho de ser mujeres, un hombre o un grupo de personas desacredita la autoridad de una mujer sobre un tema por no creerla capaz por el simple hecho de ser mujer. Se da una mezcla de comportamientos que tienen en común el menosprecio del que habla hacia quien escucha por el único hecho de que quien escucha es una mujer y por lo tanto le supone una capacidad de comprensión inferior a la de un varón. Este concepto también incluye situaciones en las que un varón monopoliza la conversación con el único propósito de jactarse y aparentar ser más culto que la mujer que escucha.
Este hecho es un síntoma de un comportamiento muy extendido que disuade a las mujeres de manifestarse públicamente o de ser escuchadas cuando se atreven a hacerlo; este comportamiento condena a las jóvenes al silencio ya que concluyen, como ocurre a causa del acoso callejero, que éste no es su mundo. Nos acostumbra al cuestionamiento y la limitación femeninas a la vez que fomenta el exceso de injustificada confianza masculina. Esto nos lleva otro concepto conocido como “maninterruption”, el cual hace referencia a la manía que los hombres tienen por interrumpir las opiniones de las mujeres.
Una mujer está tratando de estacionar su carro. Sabe perfectamente estacionarse, sin embargo, un hombre que la observa decide acercarse para decirle lo que debe hacer a continuación, como si la mujer, que lleva 10 años manejando, no tuviera idea de lo que está haciendo. Según el decir de algunos "las mujeres son malas conduciendo". Esto es el mansplaining, un término que apareció por primera vez en un comentario de un blog publicado el 21 de mayo de 2008. Cuando un hombre interrumpe a una mujer para explicarle algo de manera condescendiente, por el simple hecho de asumir que él tiene un mejor manejo del tema sin ningún tipo de prueba y la desacredita simplemente por su género, puede ocasionar que la mujer sienta inseguridad, autolimitación y sin duda, duda es una forma de maltrato.
¿Cómo identificar un mansplainer? Si en una reunión con hombres mencionas “me gusta tal banda”, entonces un tipo te interrumpirá y te retará con: “dime cinco canciones que te sepas” y comenzará a explicarte por qué no eres una verdadera fan. Lo mismo cuando en una reunión comentas que te gusta correr y un hombre en el grupo empieza a preguntarte cuántos kilómetros corres y cuáles carreras has corrido para después explicar cómo debes correr, cómo debes entrenar e incluso, pavonearse con los maratones que él ha corrido.
Estamos marcadas por desigualdades y por las diferencias que atravesamos según la procedencia, la clase, la edad, la orientación sexual, la identidad de género y habilidades. Con este tipo de términos y con la difusión de las conductas en donde se subestima y se desacredita a la mujer, se busca hacer reflexionar a ambos sexos, al hombre para no hacerlo y a la mujer para no permitirlo. Es necesaria la educación igualitaria, así como el reconocimiento a la inteligencia y a los razonamientos femeninos pues aportan al igual que los hombres conocimientos y enriquecimiento a nuestra sociedad. La inteligencia y la personalidad son determinantes para hablar y defender las ideas. La mujer con alta autoestima lucha para que su voz se escuche y se dé un trato justo e igualitario al sexo femenino. La psicología nos da herramientas para nuestro enriquecimiento personal. A acudir a psicoterapia para adquirir seguridad.
PISC. SARA CAMPOS CHAVOLLA
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