Los tres momentos del coronavirus

Los tres momentos del coronavirus
Foto: politica.expansion.mx

Muchos líderes del mundo subestimaron al nuevo virus que ahora arrastra la economía global. Sin embargo los expertos  que han trabajado a lo largo del tiempo en enfermedades infecciosas, sabían que en algún momento se presentaría una pandemia a la altura de las guerras del pasado, donde la economía se paraliza y ningún país sería inmune al problema que se crearía.  Un antes, durante y después de lo ocurrido. 

En primer término, es cierto que no se podía predecir con certeza ¿Cuándo y dónde surgiría una pandemia de tal magnitud? Sin embargo, se tenía el conocimiento de una situación así era posible, en cualquier caso, es preciso reconocer que las naciones no se encontraban preparadas  para algo así (no lo quisieron) en su infraestructura de salubridad y proyección social en lo general.

En el caso de las grandes potencias, los presupuestos se han dirigido a otros rubros, como el gasto bélico y es el presupuesto militar, se crean nuevas y mejores armas, y una pandemia se asemeja a una guerra en el sentido de que hay que prepararse, tanto en el sector salud como en el sector económico. El confinamiento no previsto de origen y la escaza movilidad, tienen impactos devastadores.

El segundo momento del crisis del COVID19, es la prioridad de contrarrestar la rápida propagación de la pandemia, lo que enfoca todos los esfuerzos en la contracción del problema, no hay sector, actividad o agente de la sociedad, que no esté expuesto. Los líderes mundiales, optan por implementar medidas de distanciamiento social, para disminuir el número de contagios, en la curva de infectados, cuando un problema se vuelve social y se está expuesto a la “conciencia y a la buena voluntad social” de las personas es muy difícil contrarrestar el problema;  desde luego las medidas no solo deben de ser de distanciamiento, sino también implementar políticas alternativas para llevar el mejor funcionamiento de la economía. 

No se puede depender del comportamiento social, donde todo mundo se ponga de acuerdo, ni depender de la conciencia de las personas o sociedad sobre un comportamiento uniforme, hay que entender que la gente se va a equivocar, asumir que la información no es perfecta, que hay ciertas necesidades que orillan a la población  a cometer errores y se verá reflejado en el brote del virus. De ahí la importancia en la claridad de la medidas a tomar, el tiempo y la efectividad de la información oficial.

El momento después de la pandemia es un tema más que connotaciones sanitarias, representará connotaciones económicas. Después del COVID-19 lo más grave no será las secuelas en la salud, sino será en el empleo, la pérdida de liquidez y la caída de la inversión, todo a consecuencia de un desplome brutal de la demanda agregada local, nacional y global. Asumiendo que el tema será más económico, se podría decir, que los agentes de la economía (estado, empresas y familias) no serán los mismos, hablando en términos globales, los agentes económicos en su gran mayoría no volverán a ser iguales. Estamos viviendo quizá el mayor punto de inflexión del modelo económico de mercado abierto.

Los gobiernos deberán implementar nuevas medidas para disminuir las brechas de desigualdad, ayudando a los más vulnerables, que sin duda siempre son los más afectados ante cualquier crisis, por lo que la política social se vuelve fundamental. Las políticas en México no han cambiado mucho, al parecer algunas  estrategias implementadas por el gobierno mexicano ya se implementan en otros países como medidas de restructuración económica. Es decir, el haber privilegiado en este cambio de régimen cambios en la política social, le ha permitido (quiérase o no) estar un pequeño paso adelante para hacer llegar las ayudas a los más necesitados.  

Grandes empresas (nacionales y trasnacionales), así como medianas y pequeñas empresas no se encuentran exentas de una quiebra, cuando no hay quien consuma, tanto sufre las tiendas de la esquina como los grandes corporativos. Aquella empresa que logre posicionar su producto como un bien necesario tendrá éxito, sin embargo, empresas que se dediquen a la venta de bienes de lujo probablemente no tendrá la misma curva de demanda que antes, porque el consumidor de masivo que no es la élite con más poder adquisitivo, está desde ya, replanteando su consumo, ahora nadie está dando prioridades a bienes de lujo, por el contrario, hay un efecto sustitución a lo básico, alimentación, vivienda, servicios, esparcimiento y ocio de bajo costo, etc. Uno de los conceptos clave, vuelve al origen: “liquidez”.

De igual manera se visualiza un efecto ingreso y un efecto sustitución; el consumidor comprara en menor cantidad, de todo (efecto ingreso), el efecto sustitución se da cuando el consumidor deja de comprar ciertos bienes para darle prioridad a otras, por ejemplo, deja de comer en restaurantes para cocinar sus alimentos en su hogar. Finalmente, el momento de entender el presente y dibujar un nuevo futuro, es hoy, la realidad cambio y los agentes económicos tendrán que hacer lo propio. 



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