La pandemia exhibe las limitaciones del funcionamiento de los mercados a nivel global

Hace más de un año, con el inicio de la pandemia la intervención de los gobiernos para el manejo de la misma se volvió fundamental. Las decisiones de política económica y política pública han sido el eje transversal para entender la gestión  de la pandemia en absolutamente todos los países del orbe. 

Más allá de los temas económicos y de cada uno de los agentes que intervienen en la economía, se han tenido que realizar acciones para mitigar la pandemia. Lo que podemos ver es que el mercado se ha hecho pequeño, ha mostrado su incapacidad para atender ciertos tipos de necesidades sociales, la presencia del gobierno se ha magnificado. No importa si hablamos de un país pequeño, pobre, grande o de alguna potencia industrializada; las decisiones en el sector público han sido fundamentales para vivir la situación que se presenta. 

Los gobiernos, sin dudas han sido duramente criticados, juzgados; pero lo que no está en tela de juicio es el reconocimiento de la existencia del sector público, de la administración pública y de los Estados Nacionales. Con la mira puesta en el futuro inmediato, pero los pies en el presente, diferentes mandatarios de todo el mundo han tomado decisiones que tienen que ver con una mayor intervención en la actividad económica, para reencausar el destino de las diferentes economías del mundo.

Desde hace varios meses diferentes mandatarios de la Unión Europea y de los Estados Unidos se han manifestado en favor de una mayor recaudación y tomar a la política fiscal como eje para la recuperación económica. Sin duda una visión estrictamente keynesiana, con los matices que requiere la nueva normalidad.

Es una realidad, que así como se comparó esta crisis con la Gran Depresión de 1929, también comparado con los efectos catastróficos de la Primera y Segunda Guerra Mundial; el eje para definir la respuesta a la salida de la crisis pasa por la misma receta. Una intervención profunda del Estado, la renovación del pacto social y por supuesto el incentivo para que las grandes sean quienes más aporten fiscalmente para financiar la recuperación económica.

El impuesto global a empresas multinacionales, globales e incluso a las empresas digitales; se ve hoy como una herramienta prioritaria para incrementar en todo el mundo la recaudación que permita diseñar e implementar un plan para la recuperación económica, esto sin duda el mercado por si solo no lo podría generar. El liderazgo político y económico de los Estados Nacionales dentro del G7 se vuelve fundamental para la consolidación de dicha iniciativa.

Recientemente la secretaria del tesoro de los Estados Unidos, ha sido insistente en que las 20 economías más grandes del mundo deben aumentar la tasa impositiva para ser los apalancados de cara a la recuperación en la nueva normalidad.