En los tiempos actuales se requiere un padre moderno

En los tiempos actuales se requiere un padre moderno
Foto: Olya Adamovich en Pixabay

Es necesario que la paternidad moderna mire hacia atrás y recurra a ciertos elementos del pasado, para que el desarrollo de los hijos sea integral. Hay herramientas de antaño que brindan recursos para fomentar la creatividad, valorar más el arte y las cosas en sí. La actividad física se debe fomentar, de igual modo se puede jugar con los menores en la consola o ver con ellos series. Los papás pueden fomentar la lectura de libros impresos, enseñarles a dibujar en una hoja de papel, a pintar, escuchar con ellos música de su gusto y mostrarles la que papá disfruta y te mostrarás como un padre moderno.  Hay que utilizar lo mejor de ambos mundos: el del ayer el que nos tocó vivir.

Anteriormente, la paternidad tradicional hacía que los hombres evitaran mostrar sus emociones porque era señal de debilidad.  El padre tenía que representar siempre una imagen de fortaleza y eso lo hacía distante, pero desde hace algunos años se ha demostrado que la mejor forma de que un padre tenga una relación sana con sus niños, es expresando todas sus emociones, tanto de amor como de tristeza. Un padre moderno tiene la capacidad de querer a sus hijos sin distinciones. La tecnología y las redes sociales podrían fungir como una suerte de apoyo virtual, el papá moderno sabe que el contacto humano aplicado de forma equilibrada con la tecnología, es vital para construir vínculos emocionales y afectivos con sus hijos. Una conversación de sobremesa sin teléfonos celulares de por medio o la lectura de un cuento por las noches, son elementos clave de esta nueva paternidad que no prescinde de la tecnología, pero sabe encontrar un equilibrio en la comunicación virtual y el contacto directo. Sin duda un hijo puede tener una Tablet, pero eso no debe sustituir a los padres quienes son una guía de carne y hueso sobre todo cuando son pequeños.

Un padre de hoy no debe ser aburrido, puede ser divertido. Y no se trata de vestirse de payaso, pero sí saber de videojuegos, disfrutar de ver un dibujo animado con sus hijos o de enseñar a bailar a su pequeña hija. Sí puedes ser un moderno padre modelo un papá de hoy, que sabe hacer de todo en casa y fuera de ella. El padre moderno debe estar preparado y ser capaz de hablar de temas tabú con sus hijos. Frente a la gran oferta de información del internet, el padre de hoy debe ser lo suficientemente liberal y de mente abierta para poder hablar y tratar todo tipo de asuntos, tanto mundanos como personales con sus hijos.  Los papás modernos están preparados, se cultivan, no se dejan llevar por memes o noticias falsas y se preparan, se informan y platican con sus hijos. Los inspiran, los motivan y les inculcan el amor por la cultura.

Antes, ciertos actos eran exclusivos de la madre y el hombre siempre debía ser fuerte y rígido frente a sus hijos. Hoy, un padre moderno siempre está a la altura de cada circunstancia y no sólo transmite cierta seriedad o rigidez que a veces se requiere como elemento de disciplina, sino que es capaz de revelar sus emociones y de hacer ver a sus hijos que en el mundo actual no por ser hombres deben soportar más de lo necesario y nunca mostrar sus sentimientos. El padre moderno ha desterrado el uso del cinturón y recurre a la “nalgadita educativa” a teimpo, pero sabe hacer razonar a los hijos con palabras y llegan de esa manera a acuerdos. El padre de hoy educa a sus hijos acorde a los valores, evita el machismo, el racismo y promueve la igualdad de hombres y mujeres. No se trata sólo de ser cool, ni de aprenderse palabras juveniles, sino de transmitir valores de acuerdo a los tiempos.

Las nuevas paternidades deben elegir una forma de conectar con su espiritualidad y la de sus hijos de algún modo personal. Los padres modernos y los futuros papás deben entender que ejercer cierta espiritualidad al lado de sus retoños, es necesario para formar personas con valores éticos y sociales. Eso sí, todo debe ser con libertad y no con imposición alguna. Ahora más que nunca hemos recurrido a un Dios para pedirle, que ese Dios nos dé salud para ver por nuestros hijos y que los cuide de contagios, de la muerte y de tantos riesgos que corren en las diferentes etapas de su vida. Si nos ven orar y tener fe, sin duda sembraremos en ellos esa semilla que luego germinará y les traerá mejores frutos en su vida.

Al incorporarse la mujer cada vez más en el ámbito laboral, ha involucrado al hombre en actividades del hogar y él se integra en el ambiente familiar, tanto en lo doméstico como en la crianza de los hijos. Esto le ha permitido replantear su actividad como hombre y como padre porque ha tenido que participar en la formación y la educación. Para muchos varones la convivencia con sus hijos e hijas ha sido novedosa y gratificante, se han abierto a nuevas formas de ser hombres y padres. Van ejerciendo su rol de padres, teniendo como antecedente en la mayoría de los casos, el modelo tradicional que ellos recibieron, por lo cual han tenido que cambiar en las prácticas cotidianas sus acciones y compromisos en la crianza, lo que los ha llevado a reconocer sus limitaciones, temores, relaciones de autoridad, pero a su vez se han deleitado en la convivencia con sus hijos e hijas.

La participación social de hombres y mujeres ha venido cambiada y para numerosos varones el ser padres significa una labor difícil, por lo que ahora se han involucrado en una búsqueda constante por encontrar algunos referentes que les indiquen como ser padres apoyándose en la relación con la pareja para guiar a los hijos e hijas donde tienen que ir construyendo nuevas maneras de ser padres y de vivir su paternidad. El tener un hijo cambia la vida y se dejan muchas cosas de lado, tales como diversiones, amigos, libertad, etc. Tener un hijo es un suceso alegre y, a la vez, estresante. Por eso, hay que tenerlos en el momento oportuno y de manera planeada pues la paternidad es un valor importante en la vida. No cabe duda que se hacen sacrificios y se renuncia a la individualidad, incluso a la convivencia únicamente de pareja, pero todo se compensa con el disfrute de ver como el hijo se desarrolla y crece sanamente.

Es verdad que las responsabilidades y sacrificios que conlleva la paternidad nos pueden abrumar y hacernos pensar que en realidad no nos interesa ser padres, pero la psicología actual nos demuestra que se puede ser mucho más feliz siguiendo nuevas formas y en familia. Con los hijos nos comprometemos y con nuestra pareja disfrutamos lo que deseamos ser y hacer, dando un sentido más amplio a nuestra vida. Recordemos que la paternidad es un compromiso y dota de sentido a nuestra existencia.

Cuando se tiene un hijo, se tiene que cuidar y trabajar en una buena relación de pareja para toda la vida porque seguir la vida de nuestros hijos, supone hablar de forma bastante habitual con el otro, aunque la vida conlleve dificultades de convivencia en el matrimonio. La relación de pareja cambia y de pronto el niño es el foco total de atención. Se crea un proyecto común que puede unir a la pareja de forma muy importante. Sin embargo, no hay que olvidar la relación de pareja y hay que mantener la comunicación, para ello se aconseja que se creen espacios para poder mantener la intimidad. En cuanto el crecimiento del niño lo permita, es conveniente dedicar tiempo a estar juntos y solos. Para ello, puede ser interesante salir de casa y dedicarse mutuamente un mínimo de tiempo. Se puede ser un buen esposo y también un buen padre, si se logra se sentiría una gran realización en esos importantes proyectos de vida. ¡¡¡FELICIDADES PAPÁS!!! 

  Psic. Sara L. Campos Ch. Consultorio Torre Médica Av. Méndez 1110 Segundo piso. Tel 9933141178 Cel 9931498830



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