Convoca la CEM a Jornada Nacional Penitencial este viernes; la exposición del Santísimo será a las 12 del día

La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), convocó para este viernes 3 de abril, último de Cuaresma y conocido también como “Viernes de Dolores”, a una Jornada Nacional Penitencial, previo a la entrada de la Semana Santa.

A través de una carta dirigida a los sacerdotes y al pueblo cristiano de México, invitó a vivir esta Jornada con un ayuno, según las disposiciones establecidas, y a participar en la Hora Santa Penitencial, que se realizará a las 12 del día desde la  Catedral Metropolitana de la Ciudad de México.

Al respecto, el padre Saúl Solís Vera, señaló que en Tabasco, cada comunidad parroquial hará lo mismo, además de que se podrá seguir a través de los medios de comunicación y las plataformas digitales, el acto que presidirán los Obispos Auxiliares de la Catedral Metropolitana.

“Me informan que a través de los medios de comunicación y las redes, podremos conectarnos con la celebración que se hará desde la Ciudad de México. Aquí, cada comunidad parroquial hará lo propio, por sus medios. Un elemento central de la celebración penitencial, es que será con el Santísimo expuesto, para que sea un momento profundo de adoración Eucarística”, comentó.

El religioso explicó que este será un acto de arrepentimiento, que por la situación de emergencia sanitaria que se vive, cada persona puede confesar sus pecados desde el interior de sus casas.

“Como si estuviéramos preparando una confesión general y de hecho, haciendo una confesión general. No tendremos la oportunidad de estar frente al sacerdote, de manera directa y que nos absuelva, pero la CEM, donde promueve esta Jornada, no indica que en este momento, podemos hacer todas y todos, y de hecho para eso, la intención de un acto de contrición profunda, donde reconozcamos la misericordia de Dios, reconozcamos nuestra condición de pecadores, nuestros pecados concretamente, los confesemos interiormente”, apuntó.

Por último, el Episcopado Mexicano exhortó a todos a orar, pidiendo a Dios en esta grave contingencia el perdón de los pecados, y conceda la salud espiritual y corporal que tanto necesitan en estos momentos los pueblos del mundo.