Bienestar social para el sur de México
Hace unos días el Presidente Andrés Manuel López Obrador, dio a conocer una iniciativa para el sur de México como parte del Plan de Desarrollo. Se trata de un proyecto similar al programa de Zona Libre de la Frontera Norte (ZLFN) en el que entre otras cosas consiste en bajar impuestos y subir los salarios mínimos.
Aunque el enfoque tradicional de una zona libre tiene un sentido principalmente comercial y de motivar equilibrios en los mercados de factores y de bienes y servicios, el presidente tiene una visión más enfocada en la promoción del bienestar social; al incrementar los salarios nominales de las personas y bajando los niveles impositivos, se generan las condiciones para que los salarios reales sean mayores.
A finales del 2018, cuando se presentó la iniciativa de la ZLFN se discutió si el salario mínimo se debe de incrementar de acuerdo a los niveles de inflación o debería de ser mayor. No fue cualquier disyuntiva, pues se buscó revertir la precarización del salario mínimo y la pérdida de poder adquisitivo que se había convertido en una realidad en las últimas décadas. Cabe destacar, que existía un temor tecnócrata (que terminó siendo un mito liberal), de que en automático un incremento en los salarios, traería presiones inflacionarias por demás indeseables.
Este supuesto, de que el incremento del salario supondría una mayor inflación, siempre será una posibilidad, pero hay otras variables a considerar, para que esto en efecto suceda (y habría que analizar en qué magnitud). La realidad, es que los salarios mínimos son una referencia, pues en la praxis, en México existe tanto empleo informal, como evidentemente ingresos informales, que están muy por encima de la referencia del salario mínimo.
En el mismo orden de ideas, podríamos comentar también, que así como bajar los salarios estratosféricos a los altos funcionarios, magistrados, secretarios y toda la cúpula de la alta burocracia no generó deflación (una baja generalizada de precios); pues así, tampoco incrementar los salarios mínimos en las zonas más necesitadas tendría que significar necesariamente una presión para la alza en los precios (incremento en la inflación).
Es menester reconocer que el debate de la necesidad de tener mejores salarios en México, ha sido un acierto y de la mano de una adecuada política monetaria que privilegie la estabilidad de precios, resulta aún mejor. Finalmente la coordinación de la política económica y las políticas públicas para impulsar el bienestar, deber considerar la doble tarea de mantener la estabilidad macroeconómica, pero con un directriz a impulsar el desarrollo nacional.
Cabe resaltar que la austeridad que significa recorte racional del uso de los recursos públicos no necesariamente atentan contra el bienestar de la sociedad, sino por el contrario, se refiere a la austeridad de los altos mandos del gobierno, para que de ahí se pueda promover el bienestar social. Este proyecto de impulso al sur-sureste, se suma a las inversiones de gran envergadura que ya se realizan en la región, lo que sin duda, implica una política pública enfocada al incremento de los ingresos familiares y como consecuencia al incremento del bienestar social.