Beatifican al sacerdote Moisés Lira Serafín en la Basílica de Guadalupe

El sacerdote Moisés Lira Serafín fue beatificado este sábado en la Basílica de Guadalupe, lo que lo coloca cerca de convertirse en un nuevo posible santo mexicano.

El cardenal Marcello Semeraro, prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, en representación del Papa Francisco presidió la misa de beatificación a la que asistieron cientos de feligreses.

Durante la homilía se leyó la biografía del sacerdote poblano nacido en septiembre de 1893, y fallecido en 1950, quien, se resaltó, dio su vida a mostrar la bondad y caridad a la feligresía a la que atendía.

Monseñor Rogelio Cabrera, Arzobispo de Monterrey y presidente del episcopado mexicano, indicó que la fiesta del nuevo beato se celebrará cada año el 25 de junio.

Después se develó el retrato oficial del nuevo beato y se presentó la reliquia ante el aplauso de todos los obispos, sacerdotes, religiosos y fieles presentes.

En su homilía, el cardenal Marcello Semeraro resaltó que el nuevo beato "cuando hablaba de Dios hablaba como un verdadero hijo y como un verdadero padre, haciéndolo con una ternura que impresionaba".

Después, recordó algunas dificultades del sacerdote mexicano, como la muerte de su madre cuando apenas tenía cinco años, o los distintos desplazamientos por el trabajo de su padre, y destacó que, pese a todo, "su carácter seguía siendo alegre y bromista".

Agregó que "su especial carisma para la dirección espiritual que ejerció no sólo en el sacramento de la penitencia a la que dedicada de seis a ocho horas diarias, sino en el acompañamiento de muchas personas a las que orientó en su opción de vida".

Al final de la misa, el cardenal Semeraro hizo votos para que la Virgen de Guadalupe siga guiando a los mexicanos, ante los muchos desafíos del mundo de hoy.

El milagro que llevó a la beatificación del sacerdote Moisés Lira Serafín ocurrió en 2004, cuando a una mujer embarazada con 18 semanas, el feto sufría de una condición que provocaba la acumulación anormal de líquido en el cuerpo. Ante el diagnóstico, que podía ser fatal para el feto o afectar a la madre, el médico les planteó interrumpir el embarazo, a lo cual se negó.

En cambio, encontró un folleto con una oración del padre Moisés, a la cual le dedicó nueve días de rezo, y al terminar el periodo de oración volvió al médico y ya estaba completamente sana.

María Concepción Cabrera había sido la última mexicana en ser beatificada, esto en el año 2019.