Revés para Estados Unidos
La actual administración estadounidense está convencida de que el sistema surgido en 1945 ya no sirve adecuadamente a su interés nacional y que, por el contrario, beneficia a potencias emergentes, sobre todo China. Le dan la razón a este país para quitársela a uno de sus fundadores y principal miembro de la organización, a la economía de los Estados Unidos.
Como se ha venido citando en colaboraciones anteriores, China ya no es ese país que emergió a principios del Siglo XXI contando con dos simples características; una gran población y mano de obra barata. Cada vez está de manifiesto que China se ha convertido en mucho más que eso; es infraestructura, tecnología, vanguardia, presencia global y crecimiento económico. Es una potencia galopante que va en dirección cada vez más cerca para desbancar a la hegemonía económica norteamericana.
Con el ingreso de China en la OMC muchos pensaron que se abría la etapa de “disciplinar” al país comunista. La idea implícita en ese momento era que la incorporación de China al escenario conduciría a una liberalización económica y política en ese país, bajo la dirección de EEUU, sin embargo en tampoco tiempo se ha convertido en su principal competidor por la hegemonía mundial.
Vale la pena mencionar que el Organismo de Comercio Mundial, se enfrenta a un principal reto, que es su propia relevancia. En la actualidad es prácticamente imposible imaginar el estado de ánimo que reina en torno al comercio mundial, el panorama ha cambiado drásticamente. Ese impulso hacia la liberalización y la negociación ha sido reemplazado por instintos proteccionistas.