Maciel tenía una red de corrupción impresionante dentro y fuera del Vaticano: Valentina Alazraki
El sacerdote Marcial Maciel tenía una red de corrupción impresionante dentro y fuera del Vaticano, ventiló la corresponsal de Telereportaje, Valentina Alazraki.
A propósito de la celebración de los 100 años de nacido de Karol Józef Wojtyla, mejor conocido como San Juan Pablo II, la periodista habló que, cuando fue testigo de la causa de su beatificación, y tras diversas investigaciones relatadas en dos de sus libros, concluyó que quienes intentaban denunciar ante el Papa a Marcial Maciel por sus actos de pederastia, como el nuncio español, Justo Mullor García, eran bloqueados por diversos personajes al interior del Vaticano.
“Acusaciones que nadie creía en ese momento, porque obviamente la imagen que él tenía como fundador de la Legión, no tenía nada que ver con la imagen de pedófilo. Cuando Monseñor (Justo) Mullor empezó a informar a sus jefes, es decir, a la Secretaría de Estado del Vaticano. Rápidamente, Monseñor Mullor fue trasladado de México al Vaticano, donde lo nombraron presidente de la Pontificia Academia Eclesiástica, donde se forman los diplomáticos de la Santa Sede. A partir de ese momento, no se le permitió ver a Juan Pablo II. Cada vez que él sacaba del tema de Marcial Maciel, en el Vaticano le decían que eran fantasías y que él estaba obsesionado”.
Por ello, la periodista concluyó que Marcial Maciel, por su influencia social y política dentro de la Iglesia Católica, logró construir una red de complicidades para que Juan Pablo II no recibiera la información de las víctimas del sacerdote michoacano.
Inclusive, la posible protección de Juan Pablo II a Maciel fue puesta sobre la mesa en el proceso de beatificación, y tras las investigaciones, se concluyó que no hubo tal defensa del polaco, y que más bien, colaboradores cercanos al Papa le ocultaban los hechos.
“Yo creo que que también había corrupción, y creo que con las investigaciones que hice, Marcial Maciel tenía tejida una red de corrupción impresionante dentro y fuera del Vaticano. Las cartas que debieron haber llegado a la mesa de Juan Pablo II nunca llegaron. Fue hasta el final de su vida, cuando el cardenal Ratzinger le pudo decir a Juan Pablo II quién era (Maciel) y se autorizó llevar a cabo la investigación, que acabó por alejar de la vida pública al Marcial Maciel. En dos entrevistas con el Papa Francisco, le pregunté sobre el roll de Juan Pablo II, y me dijo que estaba agradecido por autorizar la investigación, y al cardenal Ratzinger. Durante la causa de beatificación y canonización, se buscó en la congregación para la doctrina de la fe donde llevaban esos casos, para ver si hubiese algún documento que comprobara que Juan Pablo II había bloqueado la causa. Hablé con gente de la congregación y no era Juan Pablo II quien las bloqueaba, la bloqueaban sus más cercanos colaboradores, que desafortunadamente participaban de la red de corrupción dentro del Vaticano”.