La democracia norteamericana, un reto entre la vigencia y la obsolescencia
Más allá de las propuestas y todo el proceso de las campañas de los candidatos, las elecciones de los Estados Unidos se vieron envueltas en momentos históricos y relevantes, que marcaron un nuevo rumbo en los resultados de este 3 de noviembre de 2020. Las votaciones comenzaron de manera anticipada desde el 18 de septiembre en South Dakota y Wyoming, es decir, 46 días antes de la fecha oficial.
Para el 20 de octubre los hechos ya eran abrumadores, con más de 28 millones de estadounidenses que habían emitido su votación de manera anticipada para la presidencia, ya sea en persona o por correo. Un poco por el Covid-19 y por lo tenso de la elección y la polarización de la misma entre Trump y anti Trump, orillo que 100.6 millones de estadounidense, hayan cumplido con su obligación electoral, días antes de las votaciones oficiales. De tal suerte que al momento de que se abrieron las casillas el día de las elecciones ya habían votado el equivalente al 77% del total registrado en las elecciones del 2016 (136.5 millones), por lo que el rumbo de las elecciones ya se han decidido por mayoría de manera anticipada.
El porcentaje de los ciudadanos que votan en Estados Unidos generalmente es bajo, hay mucho abstencionismo, sin embargo en estas elecciones, hay mayor participación que en el 2016. De esos más de 100 millones de votos, 35, 901,138 se emitieron en persona y 64, 709,932 por correo, será la primera elección en que la votación por correo sea significativamente mayor que la presencial, un sistema usado debido al temor al contagio del coronavirus.
De acuerdo con los votos ya emitidos, las probabilidades y las encuestas generan una ventaja significativa para el representante del Partido Demócrata Joe Biden, teniendo el 85% de verosimilitud de convertirse en Presidente de los Estados Unidos y Donald Trump con un 15% de reelegirse por otro periodo para continuar siendo el mandatario de los EEUU. No hay duda que habrá más votos populares, es decir, más personas van a votar por Joe Biden, esto es prácticamente un hecho estadístico, sin embargo lo que mantiene la moneda en el aire, es que al ser una democracia indirecta, da esperanzas y sigue habiendo incertidumbre sobre los resultados finales.
Este modelo de los colegios electorales, sistema llamado The winner takes it all (el ganador se lo lleva todo), es lo que hace que esta votación del 3 de noviembre de 2020 no sea lo suficientemente contundente para asegurar a un ganador, sería histórico que por segunda vez consecutiva Donald Trump sea Presidente de los Estados Unidos sin que le favoreciera el voto popular, sino ganando los colegios electorales necesarios (270).