La crisis económica más fuerte de la historia, trae consigo fenómenos históricos e imprescindibles

Las restricciones de movilidad implementadas para combatir el coronavirus en gran parte del mundo y la parálisis económica, han hundido el consumo de hidrocarburos. Cada día se está usando menos petróleo, y los productores ven como ello se refleja en los precios. Por lo que la demanda física de crudo se encuentra devastada, dándole paso a un exceso de oferta. 

El precio del petróleo presenta tendencia negativa, hace unos días el crudo en México se encontraba en -2.37 dólares; históricamente este fenómeno se había presentado en otros productos, como la leche, pero nunca en el petróleo. Cuando el precio del producto llega a hacer tan bajo, la gente prefiere tirarlo que venderlo, debido a que es más barato.

Hoy el petróleo se encuentra en las condiciones de la frase choca de negocios “bien vendido o bien podrido”, este argumento explica la ley de la oferta, el cual hay un precio donde los productores ya no están dispuestos a vender, todos los oferentes siempre van a preferir vender al precio más caro, si el precio empieza a caer ellos comienzan a no vender, el límite es el costo de producción. 

El derrumbe del precio del petróleo no cubre ni siquiera los costos, se manifiesta por primera vez en el petróleo su mayor hundimiento de la historia, un precio negativo, en modo práctico no tiene ningún sentido, se está viviendo una expresión del mercado hasta ahora solo teórica, algo que se deprecia al 100% su precio sería 0, pero es un sin sentido que se presenten casos negativos en términos económicos, más que en casos hipotéticos. 

Un producto con precio debajo de 0 solo genera costo, en otras palabras no inviertes para vender, sino para deshacerte de él,  podría que hasta paguen para que te lo lleves; saliendo el petróleo del pozo lo único que empieza a generar son costos adicionales, es de esperarse que en lo sucesivo se den recortes más fuertes a la porducción o surjan noticias donde países prefieren quemarlo por no tener donde almacenarlo.

Parte fundamental del problema es la falta de almacenamiento a nivel mundial; Estados Unidos contando con la mayor capacidad de almacenar crudo en el mundo con 2,162 millones de barriles, que representa el 26% de capacidad total no cuenta en donde resguardar tanto petróleo ofertado en el mercado, los tanques de reserva ya no tienen espacios lo que significa un costo más en inventario, se habla de un tema más administrativo. El energético tiene una logística tan funcional a nivel internacional que nunca nadie imagino que resguardar petróleo sería un problema. Hay tanto petróleo tan barato que la producción tiene que parar, ese cuadro de la oferta realmente no sabe a nada.

Por otro lado, algunos países dependientes de los energéticos y que no lo producen, podrán estar feliz de tener petróleo barato, sí, pero en realidad le está yendo mal al resto del mundo, productores o no, entonces el saldo sigue siendo negativo.

Finalmente, queda expuesto el acuerdo de la “OPEP Plus” que al parecer trató de tranquillizarse a sí misma, lo que está ocurriendo hoy con el precio del petróleo es una evidencia de que no se puede engañar a los mercados. Ellos tienen claridad sobre cada barril de petróleo producido en el mundo, cada espacio de almacenamiento y sobre todo una proyección de cómo ha caído la demanda por la crisis del COVID-19, trataron de mandar un mensaje positivo con una reducción en la producción del crudo sabiendo que no era suficiente, por lo que el mercado reacciona hoy, después de unos días de llevar acabo el acuerdo de la OPEP el precio del petróleo apenas reaccionó, no tuvo algún rebote, es decir, no se recuperó el precio, y hoy ya se presentan las consecuencias.