¡Viva Fernando VII! ¿Por qué Miguel Hidalgo gritó esto? Aquí te contamos

Hoy en día se conserva la tradición de tocar la campana… pero ahora, para vitorear a los padres de la independencia, en lugar de a un monarca español

¡Viva Fernando VII!, y no ¡Viva la Independencia!, fue la verdadera frase pronunciada por Don Miguel Gregorio Antonio Ignacio Hidalgo y Costilla Gallaga Mandarte y Villaseñor, mejor conocido como Miguel Hidalgo, durante la madrugada del 16 de septiembre de 1810. 

De acuerdo con historiadores, en el poblado de Dolores, Guanajuato, se tocaron las campanas de la iglesia para pedir a los habitantes que se comenzaran a reunir. 

Tras escuchar esto, alrededor de 50 personas acudieron armadas con machetes, palos y algunas escopetas, para levantarse en armas contra el Virreinato de la Nueva España. Ahí es donde empezaría a gestarse uno de los tantos intentos de rebelión que para ese entonces ya se habían manifestado en el territorio. 

Con el apoyo de 12 indios, Hidalgo cargó una imagen de la Virgen de Guadalupe que había tomado de la iglesia de Atotonilco, y fue entonces, que lanzó las consignas en aquella plaza. 

La razón histórica

Pero el que haya mencionado a Fernando VII tuvo una razón histórica. Es preciso señalar que el rey Carlos IV de España abdicó a la Corona, cediendo el poder al Emperador de Francia, Napoleón Bonaparte, pero éste a su vez dejó encargado del gobierno español a su hermano José Bonaparte. 

Rápidamente en la península ibérica se formaron dos bandos: el patriota y el josefino. Los primeros estaban a favor de ser gobernados por quien consideraban debía suceder a Carlos IV, es decir, Fernando VII, mientras que los josefinos coincidían en torno a la figura de José Bonaparte.

Esto llevó a que en la Nueva España se generara un sentimiento de vacío de poder, al no tener una autoridad legítima a quién reconocer. Esto generó que intelectuales, como Hidalgo, fraguaran una conspiración en contra de la autoridad que representaba a Bonaparte en territorio americano, a quien despectivamente denominaban como Pepe Botella, por su reconocida afición al alcohol. 

Quienes formaban parte de ese movimiento clandestino, declaraban que correspondía al pueblo formar un gobierno provisional, autónomo, cuya soberanía residiera en la Nueva España, en tanto se lograba restaurar la Corona española, legitimando a Fernando VII. 

Fue entonces que en aquella noche, en Dolores, el sacerdote conocido hoy como el Padre de la Patria, al momento de repicar las campanas consignó las arengas: ¡Viva la religión!, ¡Viva nuestra Madre Santísima de Guadalupe!, ¡Viva Fernando VII!, ¡Muera el mal gobierno!, en referencia a los representantes de la España napoleónica.  

A estas consignas, la muchedumbre solo respondía ¡Viva la Virgen de Guadalupe!, pues tanto el pueblo, como el mismo Hidalgo, desconocían que ese sería el inicio de una rebelión que muchos años después concluiría con la Independencia, y es que cabe reiterar, lo que en principio se buscaba era autonomía.

Hoy en día se conserva la tradición de tocar la campana… pero ahora, para vitorear a los padres de la independencia, en lugar de a un monarca español.