La Iglesia se prepara en este Sábado Santo para celebrar la Pascua del Señor: Obispo de Tabasco
Con la resurrección de Cristo, se culminará el Triduo Pascual que inició el Jueves Santo por la noche, por lo que después de la crucifixión de Jesús, los creyentes se preparan para vivir la Vigilia Pascual de este Sábado Santo por la noche.
Así lo reflexionó el Obispo de Tabasco, don Gerardo de Jesús Rojas López, en Telereportaje, al señalar que desde el Jueves Santo, no se da la bendición, mientras que ayer Viernes Santo, solamente se celebró oficios de adoración a Cristo en la Cruz, para celebrar la máxima fiesta de hoy.
“Hoy nos preparamos para celebrar la Pascua del Señor, es Dios que pasa, que viene y derrama sobre nosotros su Gracia y su misericordia, es Dios pasando, es Dios que viene a nuestra vida, y decíamos el otro día, donde Dios pasa, todo lo renueva, lo transforma, lo sana, lo salva y lo redime. Para nosotros, con Él, dice Pablo, si hemos muerto con Cristo, resucitaremos con Él, para Él y en Él”, comentó.
“Cristo pasó de la muerte a la resurrección, nosotros pasamos también con él de la muerte a la resurrección, en nosotros se llama conversión, en Cristo, redención. Estos días de Cuaresma, son eso, una preparación para convertirnos, para que Dios cambie nuestro corazón de piedra por un corazón de carne, y hoy llamamos la Pascua, que anteriormente se llamaba la Pascua florida”, agregó.
Detalló que durante la Vigila Pascual donde se celebra la resurrección de Cristo, hay cuatro momentos claves: el fuego, la palabra, el agua y la Eucaristía.
“La bendición del fuego nuevo, el fuego que viene a nuestros corazones y que da luz; junto con ello, la Palabra, escucharemos por la noche, como Dios le dice a Moisés, que es un poco temeroso y que va a liberar la pueblo; y somos también bautizados, es el agua, hoy también bendecimos con el fuego, que lleva cada persona su vela, el agua también recuerda nuestro bautismo, que con Cristo somos profetas, sacerdotes y reyes”, explicó.
Finalmente, dijo que la Eucaristía es el alimento para la vida eterna y como dice Jesús: “quien come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna y yo lo resucitaré en el último día”.