El reto de Tabasco es trabajar en la prevención y la anticipación de amenazas, considera el PNUD
Tras las inundaciones del año 2007, Tabasco ha avanzado en capacidad de respuesta a los desastres, pero necesita trabajar en la prevención y la anticipación de las amenazas, consideró Ana Luisa Quezadas Barahona, enlace en Tabasco del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Durante su participación en la Semana Nacional de Protección Civil 2020 que se realiza de manera virtual, la especialista disertó la conferencia “Desafíos y oportunidades de la Gestión de Riesgos en el Escenario post-covid”.
Destacó que los principales retos para la Gestión Integral de Riesgos en la actualidad, son la incapacidad de los sistemas gubernamentales para resolver todos los problemas crónicos del desarrollo, las limitadas capacidades humanas y financieras, la alta demanda social y la falta de capacidad técnica en la implementación de estrategias locales.
“Estamos ya a 12 años de la inundación, esta es una pregunta que siempre se hace en los foros, después del 2007 qué ha pasado, si se han tomado decisiones. Yo no podría decir si se han tomado decisiones o no, lo que nosotros hemos visto desde el PNUD, es que ha habido condiciones de cambio, se han logrado algunos avances, el plan hídrico, se han hecho cambios en la infraestructura del estado, de la propia ciudad. Tabasco no es el mismo antes y después de 2007, pasaron muchas cosas, se generó una cultura más grande de la protección civil, entonces, yo creo que Tabasco ha avanzado en procesos de respuesta a los desastres, pero el gran reto que tenemos es el trabajo hacia la prevención y la anticipación a futuros desastres”, agregó.
Apuntó que ha faltado invertir en la capacitación de la población, para que sepa cómo prevenir y como anticiparse a situaciones adversas, y no esperanzarse solo a que el gobierno les resuelva todo, y además, les lleve despensa.
Situación que dijo, ha sido responsabilidad de los gobiernos que han acostumbrado a la población a brindarles “ayudas”, pero no los enseña a ser parte de la solución.
“Si queremos fomentar ciudadanos resilientes, debemos tener ciudadanos resilientes, es imposible tener un país, una sociedad prevenida, participativa, si no tenemos a las personas preparadas; y tener ciudadanos resilientes es tener ciudadanos conscientes de su territorio, colaboradores, preocupados y ocupados del entorno, tener estrategias muy bien focalizadas, evaluar los programas y proyectos esenciales, reconocer cuándo algo se hace bien, es algo que funciona muchísimo, porque cuando alguien ve que se hace algo bien busca imitarlo, los seres humanos aprendemos por la imitación y la observación”, indicó.