Pese a topes, Conagua no verifica que compañías no consuman más agua de la autorizada: Santo Tomás
En Tabasco el problema no es la cantidad de agua sino la calidad
A pesar de que la Conagua fija topes de consumo a las empresas que solicitan una concesión para uso industrial, en realidad no verifica que no consuman más de lo autorizado, advirtió la asociación ecológica Santo Tomás.
José Manuel Arias Rodríguez, representante de la agrupación, refirió que, desafortunadamente, aunque la Comisión Nacional del Agua realiza estudios técnicos para determinar la disponibilidad del vital líquido y el volumen que se autorizará a las empresas, se incumple con la verificación del volumen de consumo.
Y es que, dijo, la dependencia federal tiene un sistema que contabiliza cuántas concesiones y permisos de aprovechamiento del agua hay, así como cuántos metros cúbicos se autorizan a cada empresa, pero no tiene sistemas para medir el volumen que realmente consumen las compañías.
El activista social señaló que Tabasco y Chiapas concentran el 30 por ciento del agua dulce disponible en el país, por lo que no tienen problemas de disponibilidad.
Sin embargo, dijo, la entidad tabasqueña tiene un serio problema de contaminación, pues la mayoría de sus cuerpos de agua tienen altos niveles de metales pesados y heces fecales, que serán el verdadero problema para las cerveceras.
“Las empresas que pudieran estar interesadas, que pudieran cumplir con los requisitos legales, con los requisitos ambientales, ¿qué es lo que van a encontrar en Tabasco?, lo que van a encontrar es una mala calidad del agua, así de sencillo, lamentablemente el problema de Tabasco no es la cantidad de agua, es la mala calidad del agua, tenemos una letrina en el Mecoacán, tenemos otra letrina en el centro de Villahermosa, que es la laguna de Las Ilusiones, lamentablemente, el problema del agua superficial de Tabasco es la mala calidad, la pregunta sería: ¿A esa calidad de agua le van a querer entrar las empresas?, por que les va a costar más dinero tratarla”, advirtió.
La otra opción, dijo, sería que las concesiones que se otorguen a las compañías cerveceras sean para aguas subterráneas, que son de mejor calidad, pero entonces sería una incongruencia que se abastezca a la población con el agua de mala calidad, y a las compañías industriales, con la de mejor calidad.
Finalmente, dijo esperar que las autoridades no entreguen concesiones a la ligera, sino que realicen los estudios técnicos y de impacto ambiental pertinentes, para definir la zona en la que pueden instalarse, el consumo que deben autorizarles y establecer mecanismos para que se respeten la concesión y la ley.