Se despide el doctor Azuara a 50 años del servicio público
Recomienda a las nuevas generaciones desarrollar la empatía y atender a los pacientes como si fuera su familiar
El doctor Humberto Azuara Forcelledo, se despidió de la actividad pública luego de más de 50 años de servicio en diferentes instituciones de gobierno estatal y federal.
En entrevista para Telereportaje, el médico de profesión y especialista en cardiología y medicina interna, recordó que, en el año de 1973 inició sus estudios en la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco y a partir de ahí, comenzó su servicio a la comunidad.
“Y así llegué el 05 de enero de 1995 como director del hospital Juan Graham, empezar a trabajar de cero, de no saber nada de administración pública, ir aprendiendo de manera gradual paulatina a lo largo del tiempo, hacer esas cosas maravillosas que te acabo de platicar…”, resaltó.
Asimismo, el doctor Azuara, enfatizó que, a largo de su formación y carrera, ha tenido muchas satisfacciones, pero también grandes retos, en los que dijo, siempre ha privilegiado su compromiso con la preservación de la vida y la salud.
“En la residencia de medicina interna me toca en suerte ser el jefe de residentes de medicina interna cuando el temblor de 1985, fue algo muy difícil, experiencias agradables, otras pavorosas… sacamos el hospital adelante, por ejemplo, en los edificios de Sinaloa y Chihuahua, me tocó sacar a una mujer que le amputaron la pierna y fue terrible porque se registró el segundo temblor… yo dije aquí me quedé, pero no pasó nada”, compartió.
Y el último, dijo, fue la pandemia del Covid-19, un reto y experiencia, donde estuvo en la brega diaria viendo a los pacientes hospitalizados, y aunque se contagió dos veces, nunca se amedrentó.
Azuara Forcelledo, dejó un mensaje para las nuevas generaciones de médicos en formación:
“Pues mira, lo más importante del médico es su amor al servicio y al prójimo, en conocimiento yo he visto a médicos muy sabios, que alcanzan cúspide dentro de la ciencia muy alta, donde la empatía con la gente es muy baja, y he conocido médicos cuyos conocimientos es muy bajo, pero que tienen una altísima empatía con la gente, entonces, decirles a los médicos, vean al enfermo como a su mamá o a su papá, y a tiéndanlo siempre a pesar de todas las vicisitudes personales…”
Afirmó que todas las acciones que realizó a lo largo de 50 años al servicio público, han dejado una imborrable huella en su ser, asimismo dijo sentirse orgulloso y satisfecho por las aportaciones que hizo en los diferentes cargos en los que sirvió.
Finalmente, dijo sentirse agradecido con el ISSET y contento por todos los avances positivos que se lograron concretar por el bien de los pacientes.