Pide Papa en bendición “Urbi et Orbi” de Navidad por el cese de las guerras en la humanidad
Recordó que el nacimiento de Jesucristo llama a reflexionar sobre la paz
El Papa Francisco encabezó este domingo la bendición “Urbi et Orbi” con motivo de la Navidad, donde el tema principal fue pedir por la paz y el cese de las hostilidades bélicas en varias regiones del mundo.
Desde el balcón de la logia central de la Basílica de San Pedro, el Sumo Pontífice deseó una “¡Feliz Navidad!” a la humanidad y los convocó a despertar del letargo espiritual.
“Queridos hermanos y hermanas del mundo entero ¡Feliz Navidad! Que el Señor Jesús, nacido de la virgen María, traiga a todos ustedes el amor de Dios, fuente de fe y de esperanza. Venzamos el letargo del sueño espiritual y las falsas imágenes de la fiesta que hacen olvidar quién es el homenajeado”, manifestó.
“Jesucristo es también el camino de la paz, Él, con su encarnación, pasión y resurrección, abrió el paso de un mundo cerrado oprimido por las tinieblas de la enemistad a un mundo abierto, libre para vivir en la fraternidad y en la paz”, expuso.
En ese sentido, el Papa clamó una vez más por el cese de las hostilidades contra Ucrania, que ajusta ya 10 meses de conflicto bélico con Rusia, por lo que pidió que se ilumine la mente de quienes pueden acabar inmediatamente con esta “guerra insensata”.
“Y en efecto debemos constatar con dolor que al mismo tiempo que se nos da al Príncipe de la Paz, crudos vientos de guerra continúan soplando sobre la humanidad; que nuestra mirada se llene de los rostros de los hermanos y hermanas ucranianos, que viven esta navidad en la oscuridad, a la intemperie, o lejos de sus hogares a causa de la destrucción ocasionada por 10 meses de guerra”, señaló.
El Sumo Pontífice recalcó que actualmente se vive una “Tercera Guerra Mundial”, pues recordó que no solo en Europa del Este no hay paz, sino en otras regiones de Medio Oriente.
“Nuestro tiempo está viviendo una grave carestía de paz, también en otras regiones, en otros escenarios de esta Tercera Guerra Mundial, pensemos en Siria, todavía martirizada por un conflicto que pasó a segundo plano pero que no ha acabado; pensemos también en tierra santa donde durante los meses pasados aumentaron la violencia y los conflictos con muertos y heridos, imploremos al Señor para que ahí, en la tierra que lo vio nacer, se retome el diálogo y la búsqueda de confianza recíproca entre israelíes y palestinos”, acotó.
Francisco también pidió por consolidación del diálogo que garanticen la paz ante las tensiones políticas que se viven en países de América.
“Que inspire a las autoridades políticas y a todas las personas de buena voluntad en el continente americano a esforzarse por pacificar las tensiones políticas y sociales que afectan a varios países”, externó.
En ese sentido, el Papa lamentó que una de las crisis que generan las guerras es el incremento de la pobreza y hambruna, y criticó que en muchas partes se utilice el hambre como arma, al despojar de comida a quien más la necesita.
“Pensemos en las personas que sufren hambre, sobre todo en los niños, mientras cada día se desperdician grandes cantidades de alimento y se derrochan bienes a cambio de armas, la guerra en Ucrania ha agravado aún más la situación, dejando poblaciones enteras con riesgo de carestías, especialmente en Afganistán y en los países del Cuerno de África, toda guerra provoca hambre y usa la comida misma como arma, impidiendo su distribución a los pueblos que ya están sufriendo”, refirió.
Finalmente, Francisco exhortó a la feligresía a no ser indiferentes con los migrantes y refugiados, quienes, como previo al nacimiento de Jesús, están siendo rechazados.
“Queridos hermanos y hermanas, hoy como entonces, Jesús, la luz verdadera viene a un mundo enfermo de indiferencia, que no lo acoge, es más, lo rechaza, como le pasa a muchos extranjeros o lo ignora, como muy a menudo hacemos nosotros con los pobres, no nos olvidemos hoy de tantos migrantes y refugiados que llaman a nuestra puerta en busca que consuelo, calor y alimento”, apuntó.