¿Estamos creando monstruos?
Por: Emmanuel Sibilla Oropesa
Aquí el Apunte de Emmanuel Sibilla Oropesa en audio:
Cuánta razón tienen los especialistas cuando nos advierten que muchas veces somos los propios padres de familia quienes influimos negativamente en la formación de nuestros hijos al consentirles y justificarles sus malas acciones y actitudes; ante un reporte de la escuela o del maestro saltamos de inmediato como fieras a defenderlos a ultranza, sin revisar los acontecimientos, sin investigar lo ocurrido; procedemos al reclamo cegados por el amor que le tenemos sin dimensionar el daño que les estamos causando cuando deberíamos cerrar filas.
¡Es que yo le creo a mi hijo!, ¡es que sería incapaz de hacer tal o cual acción!, ¡tan bien portado que es!, ¡es que es injusto el reporte!, ¡es que la maestra no lo quiere! ¡es que son niños y el profesor es un amargado!
Éstas y otras frases se pueden escuchar cada vez con mayor frecuencia en las escuelas públicas y privadas de este país, no hemos entendido que la escuela y la casa deben formar unmismo equipo, cierto es que hay casos particulares que deben atenderse de forma especial, sin embargo, en lo cotidiano, en el día a día, nuestros hijos requieren que les marquemos límites, que nosotros como padres nos preocupemos y ocupemos de ellos con total responsabilidad y si la escuela está detectando comportamientos inadecuados, tendríamos que respaldar las sanciones de los maestros, que son una autoridad y en casa tomar medidas por lo sucedido para que nuestros hijos entiendan que sus faltas tienen consecuencias, para que no nos tomen la medida y luego nos manipulen.
Si en cambio frente a ellos satanizamos a sus mentores y los cuestionamos porque los están corrigiendo, el mensaje que les estamos enviando es el equivocado y en vez de ayudarles les estamos dando permiso para que hagan lo que quieran, para que no respeten nada ni a nadie, les estamos fomentando antivalores; en lugar de cuestionar porqué les dejan mucha tarea, deberíamos tener claro que están en etapa de formación y que además de divertirse y ser felices tienen obligaciones y responsabilidades que cumplir.
Luego nos quejamos porque el resultado no fue el esperado, sufren ellos y al final nosotros sufrimos con ellos. Y como no si les fallamos, nuestra obligación es formar a personas de bien,sabemos que no es tarea fácil, pero ellos no son responsables, no nos pidieron venir, los trajimos nosotros.
Es lamentable como han cambiado los tiempos y las sociedades, por ello es inevitable que me cuestione ¿si hoy en día los padres de familia no estamos creando monstruos?
¡Es que yo le creo a mi hijo!, ¡es que sería incapaz de hacer tal o cual acción!, ¡tan bien portado que es!, ¡es que es injusto el reporte!, ¡es que la maestra no lo quiere! ¡es que son niños y el profesor es un amargado!
Éstas y otras frases se pueden escuchar cada vez con mayor frecuencia en las escuelas públicas y privadas de este país, no hemos entendido que la escuela y la casa deben formar unmismo equipo, cierto es que hay casos particulares que deben atenderse de forma especial, sin embargo, en lo cotidiano, en el día a día, nuestros hijos requieren que les marquemos límites, que nosotros como padres nos preocupemos y ocupemos de ellos con total responsabilidad y si la escuela está detectando comportamientos inadecuados, tendríamos que respaldar las sanciones de los maestros, que son una autoridad y en casa tomar medidas por lo sucedido para que nuestros hijos entiendan que sus faltas tienen consecuencias, para que no nos tomen la medida y luego nos manipulen.
Si en cambio frente a ellos satanizamos a sus mentores y los cuestionamos porque los están corrigiendo, el mensaje que les estamos enviando es el equivocado y en vez de ayudarles les estamos dando permiso para que hagan lo que quieran, para que no respeten nada ni a nadie, les estamos fomentando antivalores; en lugar de cuestionar porqué les dejan mucha tarea, deberíamos tener claro que están en etapa de formación y que además de divertirse y ser felices tienen obligaciones y responsabilidades que cumplir.
Luego nos quejamos porque el resultado no fue el esperado, sufren ellos y al final nosotros sufrimos con ellos. Y como no si les fallamos, nuestra obligación es formar a personas de bien,sabemos que no es tarea fácil, pero ellos no son responsables, no nos pidieron venir, los trajimos nosotros.
Es lamentable como han cambiado los tiempos y las sociedades, por ello es inevitable que me cuestione ¿si hoy en día los padres de familia no estamos creando monstruos?