Mar devora 2 calles y 29 casas en El Bosque, Centla; por erosión habitantes piden reubicación inmediata
Señalaron que pese a la situación, de la que Telereportaje constató en febrero pasado, siguen siendo una comunidad olvidada
A nueve meses de que se diera a conocer que el mar se ha ‘devorado’ casi el 50 por ciento de la comunidad El Bosque en el municipio de Centla, habitantes urgieron su reubicación, tras señalar en los últimos años, la erosión se ha “comido” dos calles enteras y 29 casas.
En rueda de prensa, señalaron que pese a la situación, de la que Telereportaje constató en febrero pasado, siguen siendo una comunidad olvidada, y recordaron que esta situación, es consecuencia del cambio climático, siendo de los primeros pueblos en México, en ser afectados de esta manera.
Al respecto, la joven Saraí Reyes Merlín, mencionó que fue hace cuatro años cuando el mar, que se encontraba a más de 20 metros de la costa, sepultó la primera casa, por ello, hizo el llamado a las autoridades de los tres órdenes de gobierno, para la reubicación de esta comunidad.
Por su parte, Cristina Isabel Pacheco Vicente, pidió que la reubicación de la colonia El Bosque, sea a otro lugar donde puedan seguir desarrollando su actividad principal: la pesca.
“Pedimos que la reubicación sea justa; que a donde nos lleven podamos seguir siendo lo que nosotros somos: pescadores, gente de mar, gente que sueña con construir un mejor futuro. Hoy somos nosotros los que lo estamos perdiendo todo, pero el cambio climático nos va a afectar a todos. Somos los primeros, pero no seremos los últimos”, sostuvo.
De febrero a la fecha, el mar ha seguido ‘devorando’ más casas, y en aquel entonces, el Ayuntamiento de Centla se comprometió a la reubicación de la comunidad, por lo que los pobladores propusieron unos terrenos en La Victoria, indicó Pacheco Vicente.
“Sí, si han tenido un acercamiento con nosotros, pero nos dicen que es un proceso, porque una reubicación no es de un día para otro -¿Hay alguna opción que ustedes estén pensando?– Sí, hay algunos lugares -¿Cuáles serían?– Cerca del mar, aquí en la Nueva Victoria -¿Pero son conscientes que si se van a otro lugar cerca del mar, pasaría lo mismo?– Pues yo diría que no, porque aquí en la Victoria están viendo un terreno, pero lo están estudiando”, comentaron.
Aunado a lo anterior, se le cuestionó cuánto tiempo más estaban dispuestos a esperar, para la reubicación, a lo que Celia Figueroa Betanzos, respondió:
“Seguir esperando, porque yo soy una de las afectadas. Aquí nosotros pertenecemos y tenga la confianza que esto va a llegar a nuestro Presidente y va a hacer algo -¿Cuánto tiempo más están dispuesto a esperar?– Lo que sea -¿Aunque eso implique que el mar se siga llevando más casas?– Pos si se sigue llevando más casas, a dormir con salvavidas, pero seguir aquí”, dijo.
Mientras Isabel Mayo Cerino, maestra de la primaria, comentó que en febrero pasado, la Secretaría de Educación propuso la reubicación de los 22 alumnos a la comunidad de La Barra, pero los padres se opusieron, debido al transporte.
“Nos comentaba nuestro patrón, que es la SEP, que querían mandar a los alumnos a otra comunidad más cercana, para que tomaran clases, de hecho, los de la Secretaría (de Educación) bajaron hace como 7 meses, para verificar cómo estaban las condiciones, y los papás se comprometieron a poner el rejado, las estacas y las mallas para resguardar a los niños”, señaló.
Agregó que desde entonces, son monitoreados de manera permanente por la SETAB, sobre todo, cuando hay mal tiempo, para ver la situación, por lo que dijo, seguirán dando clases en dicha escuela, hasta que el mar se los permita.
Por último, Yesenia Alvino Sánchez, madre de familia, al borde del llanto, se dijo triste de que sus hijos ya no puedan desayunar en el comedor de la escuela, puesto que ya fue alcanzado por el mar.
“Mi mamá fue una de las fundadoras del comedor, yo tengo 22 años, soy madre de familia, y mis hijos ya no pueden comer aquí, porque ya no existe el comedor. La verdad, me da tristeza, porque yo aquí pasé mi infancia, aquí muchas mamás nos dieron de comer, pasaron muchas cosas, no es sólo un cimiento cualquiera, este tiene su historia”, expresó.
Añadió que cuando hay mal tiempo, tienen que suspender las clases, porque temen por la integridad de los menores, al señalar que lo material se puede recuperar fácilmente, pero la vida humana, no.