El viejo rabo verde o coscolino

 

Se utiliza el término ‘viejo verde’ para describir a aquel hombre que siendo ya maduro o anciano, persigue, piropea, coquetea o mira lujuriosamente a mujeres más jóvenes, y al que le gustan los temas relacionados con el sexo como ciertas películas, revistas, fotos y chistes. Como sabemos, el color verde se identifica con aquello que todavía está sin madurar, pero antiguamente también se le daba el significado de ‘lozanía’, ‘juventud’ o ‘vitalidad’, por lo que un viejo verde era aquella persona que a pesar de haber llegado a la vejez todavía gozaba de buena salud, energía y vigorosidad.

 

 

Por lo tanto, en sus orígenes, el termino ‘viejo verde’ no se utilizaba con un sentido negativo o peyorativo, todo lo contrario. Fue posteriormente cuando se le dio un giro semántico a partir del siglo XVIII, utilizándose a partir de entonces de un modo despectivo y para desaprobar las conductas lujuriosas o incluso pervertidas de las personas ya entradas en la vejez.

 

 

Quizá por eso en un mundo gerontofóbico como el actual, el hecho de que un viejo tenga vida sexual posea connotaciones negativas, aún y cuando el sexo lo pueda vivir con plenitud el adulto mayor. Y lo que antes era exhuberancia se percibe ahora como un perfume dulzón y añejo.

 

 

 

 

Se identifican al menos 30 características de estos sujetos: tienen doble personalidad, socialmente son excelentes esposos y padres, suelen ser mentirosos, egocéntricos, presentan baja tolerancia a la frustración, no soportan las leyes sociales, aparentemente las acatan pero no es así, tienen delirio de superioridad, son manipuladores y en la gran mayoría de las ocasiones gozan viendo sufrir al otro.

 

 

Cuántos acosadores enfrentan a diario mujeres de manera directa en las calles o indirectamente con aquellos hombres que a través de bromas o supuestos piropos, disfrazan cobardemente el acoso haciéndolo ver una situación normal y aceptada en el ambiente social y laboral. La realidad sería menos cruel si el sector público y privado, escuelas, centros de trabajo, empezaran a trabajar en protocolos internos en contra del acoso sexual, con mecanismos de denuncia funcionales, pero lástima, para muchos aún cuesta reconocer(se) un viejo libidinoso o “rabo verde”.

 

 

También se les conoce como Sugar Daddy: Hombres exitosos que saben lo que quieren. Están empoderados y disfrutan de una compañía atractiva a su lado. El dinero no es un problema, por lo que son generosos cuando se trata de apoyar a una ¨bebé de azúcar¨ (Sugar baby).

 

 

O Los silver foxes: México se ha convertido en el paraíso cibernético de los silver foxes (zorros plateados), como se denomina a los ancianos que buscan tener una relación sexual con jovencitas hasta 40 años menores, sin afectar él su estabilidad y entorno familiar.

 

 

Al respecto podemos citar un libro de Gabriel García Márquez titulado “Memoria de mis putas tristes”. En estas memorias (2004), García Márquez cuenta la historia de un longevo periodista que, al cumplir 90 años, decide celebrar su aniversario con una niña virgen de 14 años. Para obtenerla recurre a su antigua conocida, Rosa Cabarcas, dueña de un prostíbulo que frecuentó durante muchos años. A los pocos días consigue a la muchacha; en el primer encuentro, Delgadina es sedada por la matrona, para que pierda el miedo.

 

 

Freud plantea que la libido de la pulsión sexual, va del autoerotismo a la búsqueda del otro para el ejercicio de la sexualidad, el sentir satisfacción en cierta zona erógena sin llegar a la genitalidad, era perversión, porque el objetivo final estaba pervertido.

 

 

En el libro “Seis siglos de historia gráfica de México”, Gustavo Casasola, relata que durante el porfiriato había 3 clases sociales de viejos verdes: el de la clase alta, que eran los viejos con buena solvencia económica, quienes buscaban a las jovencitas de 20 años y éstas aceptaban por conveniencia; los de la clase media, eran los viejos con una economía regular y estos buscaban hacerle el amor y obtener placer de las cocineras o recamareras; los de la clase baja eran aquellos que se conformaban con cualquier mujer, las floreaban con halagos o piropos.

 

 

Estas conductas pueden ser síntomas de enfermedades

 

 

Cuando se pierde la capacidad de análisis se actúa de manera instintiva, y por tanto, se externan las sensaciones o las acciones que por mucho tiempo reprimió la persona, entre ellas el deseo sexual.

 

 

Ser un "viejo rabo verde" o "coscolino" puede ser un síntoma de Alzheimer, sobre todo si se incrementan las manifestaciones y deseos sexuales después de los 60 años, explicó el neurólogo Luis Amaya Sánchez en rueda de prensa con motivo del Día Mundial del Alzheimer. El especialista señaló que estas manifestaciones pocas veces son reportadas por el paciente, y más bien es la familia, principalmente la pareja, quienes advierten los cambios en hábitos o conductas sexuales.

 

 

Es muy importante detectar si una persona de más de 60 años presenta cambios conductuales, ya que estos pueden ser indicadores de enfermedades como el Alzheimer u otros trastornos neurológicos. Es un "grave error" pensar que el Alzheimer solo implica la pérdida de memoria, pues en realidad, este padecimiento implica cambios de conducta como agresividad, aumento del deseo sexual y modificaciones a las funciones cognitivas que conllevan a la pérdida de la independencia personal. No debemos pensar que estos cambios conductuales son propios de la vejez o que la pérdida de la memoria es normal. Tenemos que pensar que cuando esto se presenta, puede haber un gran daño neurológico en la persona.

 

 

La figura del llamado viejo verde puede tener de base un evento o una enfermedad neurodegenerativa que está dañando el cerebro. Si el daño cerebral se produce en zonas frontales o temporales, el caldo de cultivo para el supuesto viejo verde está servido. ¿La edad es impedimento para admirar lo bello? ¿Para desear a una persona? Creo que no, pero más allá de ese argumento básico, de que perfectamente una persona mayor puede estar interesada en una joven, hay situaciones en que el comportamiento del mayor se sale totalmente de la media de lo esperado para su edad, pero lo que es más notable; es muy distinto de lo que hasta ese momento había sido su conducta habitual. De ser una persona bastante tradicional y hogareña, ahora comienza a salir a menudo de noche, busca servicios de prostitución y emplea un lenguaje abiertamente inadecuado socialmente que no le era característico.

 

 

Son muchas las enfermedades, con una alta prevalencia en la vejez, que cursan con daño a la zona frontal y temporal del cerebro, áreas responsables precisamente de que nos comportemos de acuerdo a las normas que imperan socialmente.

 

 

Voy a mencionarte 4 posibles explicaciones a la conducta de eso que llamas viejo verde:

 

 

1.- Degeneración frontotemporal: la causa fundamental de la llamada demencia frontotemporal. Una de sus características fundamentales es precisamente la desinhibición de la conducta, entre ellas la conducta sexual. La persona con demencia frontotemporal no encaja con el estereotipo clásico de demencia, porque al menos al inicio, la persona puede no tener grandes problemas de memoria. Sin embargo, los cambios bruscos de personalidad son muy comunes, al punto de que un experto recientemente llamó a estar más atentos a otros síntomas de demencia que son menos clásicos, como los cambios de comportamiento.

 

 

2.- Enfermedad de Parkinson: en este caso la conducta sexual alterada no está provocada por la enfermedad en sí, sino por el tratamiento antiparkinsoniano. Los fármacos empleados para controlar síntomas como los temblores o la lentitud de movimientos llegan a provocar el aumento de una sustancia clave para la generación adecuada de movimiento, la dopamina, pero que también interviene en la modulación de la excitación sexual y el sistema de recompensa.

 

 

3.- Accidente cerebrovascular (ACV) que ocurre cuando el flujo de sangre al cerebro se interrumpe, ya sea porque algo está impidiendo la correcta circulación de la sangre o porque se rompe una arteria. Si falta sangre, falta oxígeno y las células cerebrales se dañan o mueren. Según donde haya ocurrido el ACV, así serán los síntomas. Se han encontrado casos de personas que después de pasar por un ACV muestran una conducta hipersexual y desinhibida.

 

 

4.- Demencia por cuerpos de Lewy: otra demencia que puede cursar con lesiones en áreas que intervienen en la regulación de la conducta. La demencia con cuerpos de Lewy se caracteriza por cambios bruscos de las habilidades mentales que pueden ocurrir en un mismo día, alucinaciones e ideas delirantes muy marcadas y problemas con la marcha. Un síntoma puede ser alteraciones de la conducta sexual, que se manifiestan tanto en el contexto familiar como fuera de este.

 

 

Hasta aquí he expuesto cuatro posibles causas, pero hay muchas más. Cuando el cerebro se daña, los síntomas conductuales pueden ser muchos.

 

 

Cuatro humildes consejos para no comportarse como un viejo rabo verde: No mostrar interés por las muchachas jóvenes. Lleve el pelo corto. Asegúrese de ir siempre impecablemente rasurado. Use siempre una camisa sobria, bien abotonada, debajo de la chaqueta. Abandone los tenis y, preferiblemente, los jeans también, a menos que los lleve con zapatos de cuero marrón.

 

 

Evitar que la mirada se le deslice inevitablemente hacia las protuberancias femeninas cada vez que conversa con una mujer joven. A las mujeres hay que mirarlas a los ojos. Sobre todo si ellas lo están mirando a usted. Muérdase la lengua cada vez que quiera echarle un piropo a una jovencita. No lo haga. Aguántese las ganas. No la va a halagar, como usted cree. Recuerde una frase que pone mucho a pensar: "A viejo recién casado, rechazarle por finado". Como siempre, la psicoterapia ayuda ante cualquier situación que se viva a respecto de lo mencionado anteriormente.

 

 

PSIC. SARA L. CAMPOS CHAVOLLA

 

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