Del Centenario a hospitales; comerciante regala butifarras al suspenderse serie de Olmecas

Recordó que él pasó varios días afuera del Hospital del Niño cuando médicos realizaron una cirugia a su hija del corazón

 

Luego de la suspensión definitiva de la serie entre Olmecas de Tabasco y Guerreros de Oaxaca por lluvia del miércoles en la noche, el Centro Botanero Niñón Jr., quien vende butifarras en el Parque Centenario, decidió regalar las órdenes que había preparado para vender afuera de hospitales de Villahermosa.

Antonio Magaña Cupil señaló a Telereportaje que tomó esta decisión junto a su esposa y trabajadores, tras la determinación oficial de que no habría juego, decidió visitar el Hospital Juan Graham, Rovirosa, el Hospital de La Mujer y el Hospital General de Zona del IMSS, ubicado en Valle Marino.

El originario de Jalpa de Méndez afirmó que distribuyeron a familiares de pacientes entre 400 a 450 órdenes, cada una con cinco butifarras.

“Con esta van dos ocasiones que hemos hecho lo mismo, la primera vez fueron tortas y ahorita dimos butifarras”, dijo.

Antonio Magaña indicó que la mercancía la pudo haber vendido en su establecimiento ubicado en Jalpa, sin embargo, recordó que hace tiempo también tuvo que pasar varios días afuera del Hospital del Niño cuando médicos realizaron una cirugía a su hija del corazón.

“Hace aproximadamente tres años yo tuve la necesidad de visitar con mi esposa el Hospital del Niño, ahí vimos la carencia de cada persona, yo estuve ahí tres días cuando operaron a mi niña del corazón por vía cateterismo. Yo realmente esto lo hago con mucho amor y cariño, nosotros vivimos un martirio ahí.

“Vi que realmente no hay dinero suficiente para los familiares de los pacientes que están internados”, señaló.

El emprendedor, a quien popularmente en el Parque Centenario conocen como “Niñón”, aseguró que buscará, de acuerdo a las posibilidades económicas de su familia, llevar comida o algún tipo de ayuda para quienes pasan días y noches afuera de los nosocomios.

 

“Lo único que le pido a Dios es que me dé el privilegio tan grande de algún día tener más para poder compartirlo, no nada más una vez por meses, ya sea semanal, porque la mera verdad es una alegría dar un plato de comida a las personas que lo necesitan.

“Realmente si tienen para comprar un medicamento no tienen para comer. Gracias a Dios tuve la oportunidad de brindarle un platillo a cada persona que estaba ahí en la noche”, agregó.

Cabe mencionar que además de familiares de pacientes, los propios trabajadores de los hospitales, incluidos médicos, enfermeros y demás personal también se formó para recibir su dotación de este popular platillo.