Daniel Ortega disuelve a jesuitas en Nicaragua y expropia bienes

Bajo el argumento de que la asociación religiosa estaba “incumpliendo con sus obligaciones” en sus reportes fiscales de los últimos tres años

Este miércoles el Gobierno de Nicaragua, que encabeza Daniel Ortega, ordenó cancelar la personería jurídica y la expropiación de los bienes de la Asociación Compañía de Jesús, una semana después de haber clausurado y confiscado la Universidad Centroamericana, perteneciente a la misma congregación católica, tras ser acusada de “terrorismo”.

Dicha disposición fue ordenada por el Ministerio de Gobernación (Interior) bajo el argumento de que la asociación religiosa estaba “incumpliendo con sus obligaciones” en sus reportes fiscales de los últimos tres años.

La resolución firmada por la ministra María Amelia Coronel Kinloch, señala que los jesuitas no reportaron sus estados financieros entre 2020 y 2022, ni los detalles de ingresos y egresos, además de que “tenían su junta directiva vencida desde el 27 de marzo de 2020”.

Cabe señalar que el presidente nicaragüense, Daniel Ortega, ha mantenido una tensa relación con la Iglesia católica y varios religiosos han sido conminados a abandonar el país o acusados en tribunales, como por ejemplo el obispo Rolando Álvarez, quien cumple una condena de más de 26 años de prisión por presuntamente conspirar contra el Estado.

Ante tales hechos, la Provincia Centroamericana de la Compañía de Jesús condenó que se continúe la agresión injustificada contra los jesuitas en un contexto de total indefensión y de “aterrorizamiento” a la población nicaragüense.

Indicó que esta nueva agresión contra los jesuitas de Nicaragua, está “enmarcada en un contexto nacional de represión sistemática calificada como ‘crímenes de lesa humanidad’ por el grupo de expertos en Derechos Humanos sobre Nicaragua conformado por las Naciones Unida”, señaló en un comunicado.

Por lo anterior, le pidió a la pareja presidencial de Nicaragua, el cese a la represión, que acepte la búsqueda de una solución racional en la que impere la verdad, la justicia, el diálogo, el respeto de los derechos humanos, el Estado de derecho y que respeten la libertad y total integridad de los jesuitas y las personas que colaboran con ellos o con las que ellos colaboran.