¡Acosan a niñas desde los 7 años en espacios públicos, advierten especialistas!
9 de cada 10 mujeres ha sufrido alguna vez un ataque de este tipo en el transporte
Al señalar que 9 de cada 10 mujeres han vivido al menos un episodio de violencia sexual en el transporte público, Paula Soto Villagrán, especialista en la materia, reveló que las niñas comienzan a ser acosadas en el transporte y espacios públicos incluso desde los 7 u 8 años.
La Doctora en Ciencias Antropológicas por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), lamentó que desafortunadamente se ha naturalizado el acoso en el espacio público, al grado que hay una violencia acumulada contra la mujer.
Lo anterior durante el Conversatorio Virtual denominado “Movilidad con Perspectiva de Género”, organizado por la Secretaría de Movilidad.
Paula Soto Villagrán agregó que estas formas de violencia tienen efectos en la vida diaria de las mujeres, obligándolas a modificar desde su vestimenta hasta algunas de sus actividades diarias por su propia seguridad.
“Tiene efectos en la vida de las mujeres en términos de cómo nos movemos, es decir desde la ropa que usamos, hasta los trayectos que seleccionamos, los cambios de itinerarios y gastar más por un transporte privado, muchas veces dependiendo también del tiempo y del horario decidimos gastar más en un Uber, en un Didi o en algún tipo de transporte privado, más que en el transporte público, porque nos puede generar mayores complicaciones”.
“En un estudio que hicimos en el Metro de la ciudad (de México), mostrábamos cómo las mujeres dejan pasar uno, dos o tres vagones cuando vienen muy congestionados, eso significa gastar más en tiempo, es decir, llegar tarde a tu trabajo, llegar tarde a la escuela, llegar tarde a cualquiera de las actividades que tienes planeadas, por lo tanto la inseguridad y los viajes de cuidado hacen la diferencia”, fustigó.
Finalmente, consideró que las autoridades deben pensar en la atención de este problema de manera integral, por un lado con infraestructura pública que contribuya a la seguridad de las mujeres y por el otro establecer programas de educación a temprana edad en las escuelas para que la percepción y el trato de los hombres hacia las mujeres sea de mayor respeto, solidaridad y empatía.