Celebra Padre Avelino Cortés, 53 años de sacerdocio

Nació el 23 de julio de 1936 en Michoacán de Ocampo, y desde muy joven supo que su vocación era el servicio a Dios, cuidando su rebaño

José Artemio Avelino Cortés Téllez, ajustó 53 años, sirviendo como sacerdote. 

Nació el 23 de julio de 1936  en Michoacán de Ocampo, y desde muy joven supo que su vocación era el servicio a Dios, cuidando su rebaño.

En 53 años, el padre Avelino, como es conocido entre la feligresía y las personas que le han tomado afecto, ha pasado por diversas circunstancias, como en enero de este año, cuando fue apuñalado por un sujeto que ingresó a la parroquia San José Obrero, ubicada en Infonavit-Atasta, para llevarse las ofrendas.

“Nosotros somos parte fundamental del proyecto de Dios, de manera que, el cuerpo humano es una comunidad de miembros, la Iglesia es una comunidad de miembros… el sacerdote es al cuerpo místico de la Iglesia, lo que el corazón es al cuerpo del ser humano”, explicó.

Abundó, que en la medida en que se entiende la verdad que cada persona tiene en sí mismos, en esa misma medida se cree que el ser humano por naturaleza es honrado, bondadoso, sincero, honesto y responsable.

“En la medida en que entiendes lo que tú eres por naturaleza y lo que Cristo te ha dado por su naturaleza, en la medida que entiendes de que Jesucristo tomó tu naturaleza para entregarte la de él, en la medida en que entiendes que Jesucristo ha puesto la divinidad al servicio de la humanidad, en esa misma medida se va responsabilizando de la misión…”, abundó. 

Una clave importante dijo, que lo ha ayudado en el sacerdocio es entender a las personas que no entienden y adaptar el mensaje a la talla cultural de quien escucha, para que así la palabra encuentre tierra fértil y no regrese vacía.

“Si logramos entender y creer que Cristo ha puesto la divinidad al servicio de la humanidad, la humanidad tendrá que corresponder, ahí es donde está la clave, no solamente los que se consagran, no, la humanidad, entera fue redimida”, enfatizó.

El religioso reflexionó además, que durante la pandemia del COVID-19 muchas personas llegaron a Cristo, pero ahora que, se ha calmado, entones ya no lo buscan de la misma forma.

“El origen de los males de nosotros es haber creído sin entender, esto permitió un libertinaje religioso, nos hizo confundir el evangelio del Cristo predicador y el evangelio del Cristo predicado, el Cristo predicador experimentaba lo que decía, ya en el Cristo predicado, opinamos, somos más opinadores, que experimentadores de lo divino y del contenido de la palabra de Dios”, apuntó.