Paridad de género no es gracias a los partidos, señala Rosselvy Domínguez; lamenta que postulación de mujeres sea por obligación
La paridad de género no es una moda, pero es algo que llegó para quedarse, pero no gracias a los partidos políticos, sino a la lucha que por años han emprendido algunas mujeres, aseveró la consejera electoral, Rosselvy Domínguez Arévalo.
Durante su participación en el Encuentro Estatal de Mujeres Líderes Partidistas, organizado por el IEPC, donde recordó que en 2014, cuando se emitieron los lineamientos de cuotas de género, los partidos políticos impugnaron, por lo que en las elecciones de 2015, se vieron obligados a cambiar candidatos hombres por mujeres.
Añadió que en el 2018, los partidos políticos también se inconformaron con los lineamientos de paridad de género, al referir que con la reforma de 2014, en la que se unieron todas las mujeres de todos los partidos, dejaron a un lado la forma en que esta operaría.
Por lo anterior, Domínguez Arévalo aclaró que el IEPC diseñó los lineamientos de paridad cualitativa, es decir, dividir el estado en dos zonas: los “mejores” y los “peores” municipios, en base a su per cápita, por lo que rechazó que el órgano electoral le establezca a los municipios que género debe ir en cada demarcación y distrito.
“No es cierto que los partidos políticos quieran impulsar a sus mujeres y eso, lo han hecho por obligación, primero por las cuotas y ahora por el principio de paridad, y oímos a los políticos lamentar que por la paridad ya no va a poder contener, como si eso fuera algo malo o negativo. El IEPC jamás le dice a los partidos qué género va a ir en un distrito o en un municipio, eso es falso”, agregó.
En este sentido, cuestionó cuántas de las mujeres que han acudido a los talleres y cursos de liderazgo y empoderamiento de las mujeres han sido candidatas o están como diputadas o alcaldesas.
“¿Dónde están entonces todas esas mujeres que se fueron viendo beneficiadas por los talleres del porcentaje de financiamiento que está etiquetado? Todas ustedes van a cursos, talleres de liderazgo y empoderamiento y las hacen firmar donde están recibiendo el curso, y si le dieron comida, firman su comida, etcétera, porque todo eso se tiene que fiscalizar y se tiene que comprobar que el partido político usó ese recurso para el empoderamiento de la mujer”, apuntó.
Por último, dijo que en estos casos, las mujeres que llevan años luchando en los partidos o en la vida política, sean las que impugnen los procesos internos de selección, para evitar que hayan “juanitas”.