¿Tú cómo eres: proactivo o reactivo?
Qué importante es analizar nuestra manera de actuar. A veces reaccionamos de una buena manera y en ocasiones, perdemos el control por completo. Sin duda, reaccionamos de diversas maneras y todo obedece a la forma en que nos hemos ido formando y al tipo de personalidad que hemos definido. Esto puede ocurrir en el ámbito familiar, en el personal o incluso en el trabajo. Es difícil establecer pautas específicas para actuar dependiendo de lo que esté provocando esa reacción que estás teniendo. “Si tienes autodominio y responsabilidad de ti mismo, serás capaz de hacerte cargo de tu situación.” -Bernardo Stamateas
Tendemos a darle más importancia a los momentos negativos que ocupan nuestra vida, porque nos duelen. Pero, si quieres hoy reaccionar de la mejor manera, empieza a no darles tanta importancia. Las situaciones negativas se suceden por igual que las positivas. Lo que tenemos que hacer, es no perder de vista nuestra propia confianza y positivismo.
En este artículo quiero destacar que hay quieres son reactivos y quienes son proactivos. No debemos ser personas reactivas porque esas tienen dificultades para actuar ante las circunstancias y a ver lo que hacemos sin darnos cuenta de que tendemos a reaccionar en lugar de proactuar. Los reactivos son quienes reaccionan ante las situaciones del entorno, para estas personas el sentirse bien o sentirse mal, depende de como esté la situación externa. Se desgastan criticando a los demás lo que los hace perder energía haciendo juicios constantemente. Los reactivos sienten los hechos como posibles amenazas y se obstaculizan a sí mismos, son los que se quejan constantemente pero no buscan soluciones a los problemas ya que les falta iniciativa. Su actitud es pesimista, ven lo negativo, lo difícil y responsabilizan o tienden a culpar a los demás.
Las personas proactivas, generalmente tienen un pensamiento asertivo. Procuran ser muy positivas antes las situaciones y evitan sentirse víctimas. Usan la creatividad para poder contar con alternativas. Tienen claros sus objetivos, sus metas y generan acciones para que las cosas sucedan. Sus acciones las dirigen a mediano plazo, pero con su objetivo a largo plazo muy claro. Se anticipan a los problemas, les gusta tomar decisiones rápidas. Resuelven los imprevistos en base los objetivos que se ha marcado. Comunican a su entorno de forma asertiva, adecuada su sentir, proporcionana su opinión y manifiestan lo que necesitan. Son personas con iniciativa y son conscientes de las respuestas pues tienen muy desarrollada su inteligencia ejecutiva. Muestran una constancia permanente, focalizan sus esfuerzos y acciones. Consiguen resultados tangibles, dado que siempre están orientados a los objetivos. Tienen confianza en ellos mismos, saben claramente cuáles son sus fortalezas, también sus debilidades y confían en su capacidad y potencial para poder superar las situaciones difíciles.
Para poder desarrollar la proactividad, solo se han de seguir 4 pasos:
1) Tener objetivos concretos para no perder nunca el rumbo.
2) Identificar las circunstancias actuales que están impidiendo lograr los objetivos marcados.
3) Identificar qué situaciones se encuentran en el área de influencia.
4) Tomar acción sólo en las áreas en las que se puede influir, sin perder de vista el objetivo marcado. Buscar cómo nuevas oportunidades con una visión constante en el corto y largo plazo.
¿Quieres generar un entorno más proactivo? Pon en práctica el incentivar la actitud proactiva en tu entorno siendo:
– Receptivo. ¿Qué vas a hacer para facilitar que tu entorno pueda aportar propuestas de mejora?
– Empatiza. ¿Qué vas hacer para identificar las necesidades y características que tiene cada miembro del equipo?
– Motivando. ¿Qué vas a hacer para identificar los objetivos individuales de cada familiar, amigo o compañero? ¿Cómo vas a involucrarlos y alinearlos con los objetivos de beneficio común?
– Co-responsabilizando. ¿Qué vas a hacer o dejar de hacer para facilitar que los involucrados tomen decisiones dentro de su área de influencia?
– Comunicando asertivamente. ¿Qué vas a hacer para identificar los percances en los que se pueden encontrar las personas de tu interés?
– Estratega. ¿Cómo vas a comunicar la visión del futuro dependiendo de la actitud que tengan quienes conforman tu entorno?
– Lider. Haz una lista de tareas y responsabilidades e identifica cuales se pueden empezar a delegar.
Cuando comprendemos la importancia que tiene el desarrollar nuestra área de influencia y nuestro actuar, nos damos cuenta de que podemos lograr más fácilmente la consecución de resultados que beneficien en entorno que deseamos. Por lo tanto, es muy importante tomar conciencia de si en nuestro día a día somos reactivos o proactivos, para poner intención en generar actitudes y acciones que nos permitan desarrollar nuestra asertividad y un buen crecimiento personal.
PSIC. SARA L. CAMPOS CHAVOLLA
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