Responsabilidad de la migración, sin negociación de leyes o políticas migratorias
No es una novedad el crecimiento importante de la pobreza en diferentes regiones de México y América Latina. La pobreza se ha estudiado como un fenómeno económico desde hace muchas décadas. En diferentes dimensiones se ha hablado de pobreza en función geográfica (rural y urbano), patrimonial, de nivel de ingresos, hasta pobrezas más profundas como la alimentaria.
Es fundamental entender este problema multidimensional, los programas sociales como las políticas sociales en general han tenido poca innovación para mitigar de manera efectiva los altos niveles de pobreza. Ese fenómeno no es ajeno a diversos países de América Latina, la población indígena que vive en zonas rurales con falta de infraestructura tienen como resultado índices de pobreza por encima de la media nacional de sus propios países.
En este sentido, el programa Sembrando Vida que ha implementado el Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador, tiene como objetivo atacar de manera específica y directa la pobreza en las áreas rurales. Esto no significa que en las zonas urbanas no haya índices de pobreza, pero de alguna manera existe acceso a la infraestructura, comunicación, oportunidades de trabajo (aunque sea de ingresos bajos) a diferencia de las zonas rurales, donde las opciones escasean de una forma mucho más profunda (nivel alto de marginación).
Durante las últimas décadas, no se había escuchado propuestas de los Presidentes en México que tuvieran de manera implícita, asumir la responsabilidad del tema migratorio en el reconocimiento de la falta del desarrollo local y oportunidades. Siempre el punto era la negociación con las leyes o con la política migratoria Norteamericana. Hoy se ha dado un paso adelante en cuestiones más profundas, sin duda esto es un tino del Gobierno de México.