Reforma busca proteger maíz como identidad nacional y se declara libre de transgénicos: Gobierno Federal

El fracking implica un uso excesivo de agua, acusa

El Gobierno Federal expuso que la iniciativa de reforma del sector ambiental enviada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, busca proteger al maíz como elemento de identidad nacional y declarar libre de transgénicos al país.

Durante su intervención en “la mañanera”, René Sánchez Galindo, director general de Instrumentos Presidenciales y Asuntos Internacionales de la Consejería Jurídica del Ejecutivo, explicó que ese es el objetivo de las iniciativas enviadas al congreso relacionadas con el medio ambiente, por las que se busca modificar los artículos 3, 4, 27 y 73 de la Constitución.

“Con la reforma se protege al maíz como elemento de identidad nacional, como elemento básico y se declara que está libre de transgénicos, somos mujeres y hombres del maíz, y hoy representa el 50 por ciento de los nutrientes de los mexicanos y mexicanas, lo que no pasa en ningún otro país… es un maíz de laboratorio cuyas células están alteradas…”, indicó. 

En su oportunidad, la secretaria del Medio Ambiente, María Luisa Albores, señaló que el maíz es la base de la identidad, alimentación y soberanía de los mexicanos, por lo que la siembra de organismos genéticamente modificados, como el grano transgénico, está directamente relacionado con el uso de sustancias dañinas para la salud, como el glifosato.

Asimismo, abundó sobre la propuesta para reformar las concesiones del uso del agua.

“En el caso de preferencias de la disponibilidad del agua para consumo personal y uso doméstico, la reforma al párrafo sexto del cuarto constitucional con el propósito de garantizar el derecho al agua, se establece la preferencia del consumo personal y domestico del agua sobre cualquier otro uso… el principal uso del agua siempre debe ser para el consumo de las personas…”, apuntó.

En cuanto a la reforma que pretende prohibir el fracking en el territorio nacional, dijo que en esta práctica se emplean hasta 750 productos químicos altamente tóxicos y hasta cancerígenos como metanol, benceno, tolueno, entre otros.

Añadió que el fracking implica un uso excesivo de agua y produce grandes cantidades de aguas residuales sin que existan tratamientos efectivos para poder reutilizarla.