México por el camino de la autosuficiencia energética
El presidente Andrés Manuel López Obrador tiene como propósito definir, desarrollar e implementar una estrategia sobre lo que él mismo se conceptualiza como autosuficiencia energética. Uno de los principales objetivos es, que México sea capaz de producir la cantidad de combustible con gran potencial de uso comercial, industrial y doméstico para sostener a la economía nacional a un ritmo aceptable de crecimiento.
Es importante mencionar que México desde los años de 1950 y hasta 1990 ha sido reconocido como uno de los principales productores de hidrocarburos, principalmente los insumos industriales como el petróleo y gas. Pero que no se tienen la capacidad suficiente. En México las refinerías existentes no tienen la capacidad suficiente para transformarlos en subproductos, tiene una infraestructura que en muchos de los casos rayan obsolescencia. Entre la estrategia de Presidente López Obrador no solo es incrementar la producción de crudo, sino además, hacer el encadenamiento productivo de transformar el crudo en la petroquímica y lograr los subproductos y productos necesarios que sean potencialmente utilizables en el comercio, industria y por las familias mexicanas.
La implementación en la acción para llevar acabo el objetivo de la autosuficiencia energética, se redondea con la modernización y mantenimiento de la infraestructura existente de las refinerías y petroquímicas, pero además, se está realizando el mega proyecto con una inversión millonaria de la nueva Refinería en Dos Bocas, Paraíso, Tabasco.
Algunos expertos han opinado apostar a las energías fósiles es una apuesta equivocada. Sin dudad en el siglo XXI se vive una transición hacia las energías limpias, sin embargo, expertos en sentidos más realistas han de reconocer que la gran mayoría del mundo, sobre todo las economías emergentes, por lo menos un par de décadas habrán de tener como principal fuente de energía y como impulsor de la economía a los combustibles fósiles.
Sin duda la adquisición, modernización y construcción de refinerías serán una apuesta importante de cara a los próximos treinta años, para que México mantenga esa ansiada prometida e innecesaria autosuficiencia energética. Para ser capaz de mantener ese fundamental insumo como motor y promotor del crecimiento económico.