Hasta un millón y medio de dólares le daban a García Luna al mes, revela “El Grande”
Funcionarios del gobierno AMLO estuvieron presentes en juicio contra García Luna
Sergio Villarreal Barragán, alias “El Grande”, exoperador del Cártel de Los Beltrán Leyva, reveló que al exsecretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, se le pagaba desde un millón hasta un millón y medio de dólares mensuales en sobornos.
De acuerdo con el periodista Arturo Ángel Mendieta, quien estuvo en la audiencia de este lunes llevada a cabo en la Corte de Brooklyn, Nueva York, “El Grande” detalló que este pago se le dio a García Luna cuando este fungió como director de la Agencia Federal de Investigación (AFI).
“De acuerdo con ‘El Grande’ los pagos a García Luna al menos entre 2001 y 2004 eran de un millón a millón y medio de dólares ¡mensuales! A veces se le enviaba el dinero a través de alguien llamado "Comandante Domingo" o a veces era en persona”, escribió el comunicador en su cuenta de Twitter.
Entre los detalles dados a conocer por “El Grande”, recordó que en algún momento, posiblemente en 2003, Arturo Beltrán Leyva le regaló a García Luna una motocicleta Harley Davidson edición especial, obsequio que dijo, agradeció el exsecretario de Seguridad Pública “porque estaba muy bonita”.
Funcionarios del gobierno AMLO estuvieron presentes en juicioPor otra parte, Arturo Ángel Mendieta destacó que durante la audiencia de este lunes, estuvo presente el cónsul de México en Nueva York, Jorge Islas López, así como otros funcionarios del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
“Por cierto, en la sala de audiencias está presente el cónsul de México en Nueva York, Jorge Islas, así como otros funcionarios de la SRE y de la Secretaría de Hacienda. Digo. Es claro el interés del Gobierno de México en este asunto”, escribió el periodista.
Cabe señalar que la agencia de información EFE, resalta que García Luna llegó a la sala con un traje negro y una corbata de rayas rojas y azules, y saludó con efusión a su equipo de abogados, encabezados por César de Castro y, en varias ocasiones, se dirigió a su esposa y a su hija, para saludarlas lanzándoles besos y poniéndose la mano en el corazón.