El último novelista de la Revolución Mexicana

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Juan Rulfo murió un 7 de enero de 1986, en la Ciudad de México, lo recordamos.

“Y ustedes y yo y todos sabemos que el tiempo es más pesado que la más pesada carga que puede soportar el hombre”.

“La muerte no se reparte como si fuera un bien. Nadie anda en busca de tristezas”. - Juan Rulfo, libro Pedro Páramo.

En 1936, pudo auditar cursos de literatura en la Universidad, porque obtuvo un trabajo como asistente de archivo de inmigración a través de su tío. Fue en la Universidad donde Rulfo comenzó a escribir. En 1944, había cofundado la revista literaria Pan. Posteriormente pudo avanzar en su carrera y viajar por todo México como agente migratorio. En 1946, comenzó como capataz de Goodrich-Euzkadi, pero prefirió trabajar como agente de ventas ambulantes al por mayor. Esto lo obligó a viajar por todo el sur de México, hasta que fue despedido en 1952.  Rulfo obtuvo una beca en el Centro Mexicano de Escritores, con el apoyo de la Fundación Rockefeller. Allí, entre 1952 y 1954, pudo escribir dos libros. En ellos, Rulfo utilizó por primera vez técnicas narrativas que luego se incorporarían a la nueva novela latinoamericana, como el uso de la corriente de conciencia y puntos de vista cambiantes.

En su famoso libro Pedro Páramo de 1955; examina la desintegración física y moral de un cacique y está ambientado en un infierno mítico en la tierra habitado por los muertos, que son perseguidos por sus conductas pasadas.

Debido a los temas de su ficción, a menudo se le ve como el último de los novelistas de la Revolución Mexicana. Tuvo un enorme impacto en varios autores latinoamericanos, entre ellos Gabriel García Márquez, quien practicó lo que se ha dado en llamar realismo mágico. De 1933 a 1986 Rulfo vivió en la Ciudad de México. Se convirtió en director del departamento editorial del Instituto Nacional de Estudios Indígenas y asesoró a jóvenes escritores en el Centro Mexicano de Escritores.

Vamos a recrearnos con una síntesis de algunos de sus cuentos para recordar su obra:

El llano en llamas. - Es el cuento que le da nombre al libro, aquí la lucha armada revolucionaria se hace presente entre los federales que son la gente de Petronilo Flores y el movimiento rebelde con Pedro Zamora a la cabeza. Esta historia es narrada por el pichón uno de los hombres de Zamora que termina en la cárcel, pero no por haber participado con los rebeldes, ya que de eso las autoridades no se enteran, sino por su afición a robar mujeres.

Macario. - Macario es un joven que alberga su madrina en su casa, le pide exterminar cuanta rana salga de la alcantarilla, ya que ésta no puede dormir por el griterío. Por esta razón su madrina le ha dado un palo a Macario para no permitir que las ranas canten, con la consigna de que, si no lo cumple, lo dejará sin comer, y lo maldecirá para que se pudra en el infierno. Y mientras Macario espera pacientemente a que salgan las ranas para cumplir con su misión, nos cuenta su historia, nos habla del paso del tiempo en el que vive, de sus deseos, anhelos, desesperanzas, angustias. De su amor a Felipa y del sabor a flores del obelisco que tiene la leche que bebe de ella.

Nos han dado la tierra. - Habla del problema agrario, la tierra dada a los campesinos es un llano pelón en dónde no se dá nada y la lluvia se conforma de apenas unas escasas gotas. Llegan al pueblo que está del otro lado y que representa la vida como contraparte a la tierra que les han dado ya que representa la muerte por su infertilidad.

La cuesta de las comadres. - Los Torricos son dueños del pueblo del que todo el mundo empieza a emigrar. Un día aparece muerto Odilón Torrico y sus hermanos investigan quién lo mató. Los asesinos al parecer son los Alcaraces con quien el narrador recuerda haber presenciado una fuerte riña.

Es que somos muy pobres. - Trata la historia de una familia muy pobre por la que pasan todas las desgracias y la que más llama la atención es que la vaca de Tacha que le regalara su padre al cumplir los doce años, se la ha llevado el río y la vaca representa para los padres de la niña, el mejor camino para evitar que Tacha, imitando a sus dos hermanas, se convirtiera en prostituta.

El hombre. - Un hombre huye de las autoridades y se interna en las montañas por haber dado muerte a la familia Urquidi. Un borreguero lo encuentra y sin saber la historia verdadera de aquel hombre le ofrece de comer y platica con él.

En la madrugada. - San Gabriel es el pueblo en donde se desarrolla el cuento de En la madrugada, y fue a esa hora cuando Don Esteban mata a su patrón Don Justo cuando éste llega a detenerlo de la golpiza que Esteban le está dando a un becerro que mama de una vaca. Don Esteban es encarcelado y alega no recordar haber dado muerte a Don Justo.

Talpa. - Talpa alberga a la milagrosa virgen del Rosario y Tanilo Santos desea ir a curarse de la llaga que rodean su cuerpo. Natalia su mujer y el hermano de Tanilo planean llevarlo con el fin de que Tanilo muera en el camino a causa de su enfermedad y la fatiga del camino. Este cuento narra los contratiempos y experiencias de los peregrinos y de ellos mismos como tales. Llegan a Talpa y finalmente muere Tanilo Santos. Natalia arrepentida llora en los brazos de su madre.

¡Diles que no me maten! - Juvencio Nava es el narrador y personaje principal de ¡Diles que no me maten! Que pide a Justino que por caridad vaya a pedirles que lo perdonen. El viejo asunto de la muerte de Don Lupe a quien Juvencio mató por venganza, ya que Don Lupe mató a su vez a un novillo de Juvencio que entró a tomar agua a las tierras de Don Lupe bajo la amenaza de muerte que ya su vecino Don Lupe había hecho a Juvencio, fue la causa de que años más tarde, uno de los hijos de Don Lupe ahora coronel mandara fusilar a Juvencio: No merezco morir así, coronel. Déjame que, al menos, el Señor me perdone. ¡No me mates! ¡Diles que no me maten!

Luvina. - Es tal vez el cuento más poético, por su magnífica descripción de un pueblo casi fantasmal, deshabitado y seco: Todo el lomerío pelón, sin un árbol, sin una cosa verde donde descansar los ojos… aquellos cerros apagados como si estuvieran muertos y a Lubina en el más alto, coronándolo con su blanco caserío como si fuera una corona de muerto. Lubina nos recuerda en esto, al ambiente de Cómala descrito en Pedro Páramo. Un profesor que se va del pueblo le cuenta a otro que es el que lo va a sustituir, la vida en Lubina, se lo cuenta bebiendo hasta caerse de borracho.

La noche que lo dejaron solo. - En el marco de la revolución cristera, Feliciano Ruelas camina en la madrugada huyendo junto con sus dos compañeros a los que pierde en una emboscada es la historia de La noche que lo dejaron solo, Feliciano logra cruzar el río y escaparse.

Acuérdate. - Urbano Gómez, hijo de Don Urbano y nieto de Dimas, fue expulsado de la escuela por encontrarse jugando al marido y mujer con su prima detrás de los lavaderos de la escuela. Don Fidencio padre de la muchacha y tío de Urbano le da una paliza que por poco lo mata y Urbano de coraje se va del pueblo. Regresa tiempo después convertido en policía y odiando al pueblo. Mata a su cuñado Nachito y muere ahorcado en un árbol que él mismo escogió.

No oyes ladras a los perros. - Ignacio agonizante, es llevado a cuestas por su padre para salvarlo en No oyes ladrar los perros, frase que significa vida, población y en casos como esta salvación, aunque su llegada a Tonaya sea demasiado tarde para ellos.

Paso del norte. - Paso del norte, trata la historia de un muchacho que va a hablar con su padre para pedirle se haga cargo de su familia, ya que el irá en busca de mejores oportunidades al país del norte. El papá de mala gana acepta argumentando que él no tiene ninguna responsabilidad con ellos porque ya bastante hizo con el muchacho y su hermana que en paz descanse. El muchacho regresa contándole a su padre que no pudo cruzar porque mataron a su amigo y él logró huir de regreso. Al preguntar por su familia el padre del muchacho le cuenta a éste que su mujer se fue con otro hombre y decide ir a buscarla.

Anacleto Morones. - Un grupo de mujeres provenientes de Amula van en busca de Lucas Lucatero para tratar de convencerlo de ir con ellas al pueblo a testimoniar a favor Anacleto Morones a quien creían un santo e intentan canonizar. Lucas Lucatero trabajó con él y además se casó con su hija. Lucas Lucatero después de mucho rodeo confiesa a las mujeres que el niño Anacleto a quienes todos creían un santo, era un impostor y cómo él mismo presenció el día en que el pueblo confundido por un mal entendido empezó a venerarlo. Sin ni siquiera sospechar que el cuerpo de Anacleto Morones está enterrado en casa de Lucas, Pancha ayuda a Anacleto a acomodar las piedras encima de donde está enterrado el «santo cadáver».

Una reseña de estas historias elogia los cuentos de la gente rural porque prueban que Juan Rulfo es uno de los grandes narradores del México moderno. Rulfo tiene un ojo para las profundidades del alma humana, un oído para la música aún triste de la humanidad, y un don para comunicar lo que ocurre interna y externamente en el hombre. Un aporte a nuestra cultura.

Psic. Sara Campos Chavolla. Torre Médica Av. Méndez 1110 Segundo Piso. Villahermosa, Tab. Tel 9933141178 Cel 9931498830