El cuidado de personas con discapacidad es importante; el Estado debería hacerse responsable, dice investigadora

Las labores de cuidado siguen sin recibir la atención que merecen y necesitan para que personas con discapacidad tengan acceso a él

Los cuidados que requieren las personas con discapacidad y otras que necesitan asistencia deben ser responsabilidad del Estado como una política pública, señaló Judith Pérez Castro, académica del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE) de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Durante el seminario Cuidados para la vida y el bien común, organizado por el Centro de Ciencias de la Complejidad, la académica dijo que el problema se origina en Estados y gobiernos ausentes de las tareas de cuidado y que a las pcd no se les reconoce como sujetos de derecho, reportó Gaceta UNAM.

En el mejor de los casos y desde hace siglos, dijo Pérez Castro, los cuidados se han dejado en manos de las familias, pero también están los casos de personas recluidas, abandonadas o explotadas. 

Solo el 35.5 por ciento de las personas que necesitan cuidados no tiene atención de la familia, amigos o personas conocidas.

“… por cobertura, el grupo que recibe mayores cuidados es el infantil, con 99 por ciento; en segundo lugar niños y adolescentes de 6 a 17 años con 79.4 por ciento, lo que implica la existencia de una tasa alta de abandono”, detalló la nota.

La académica dijo que nueve de cada diez pcd requieren de algún tipo de cuidados, lo que hace pensar en si los servicios de habilitación y rehabilitación, educativos y de salud son inclusivos para todas las personas. 

“(…) cuando el Estado deja que las familias se hagan cargo del cuidado, no se consideran los costos adicionales que para los particulares implica cuidar a una persona con discapacidad, los gastos se triplican porque se generan los de bolsillo o directos que deben erogarse por visitas médicas, rehabilitación, etcétera, así como indirectos, porque por lo general un integrante de la familia debe dejar de trabajar para dedicarse a la atención de las personas con discapacidad”, continuó la nota.

La desigualdad en la carga de los cuidados fue también señalada por la investigadora: de todas las personas cuidadoras, el 40.9 por ciento son mujeres, frente al 14.2 por ciento de hombres. 

“Somos más y dedicamos mayor tiempo a esta responsabilidad”, remató.

Cansancio, menos horas de sueño, irritabilidad, depresión y afectaciones a la salud física son algunos de los impactos que tienen las personas que asumen las tareas de cuidados en el hogar. 

“En el caso de los varones, principalmente disminuye el sueño y sigue el cansancio; en menor proporción hay irritabilidad y depresión, con una diferencia de casi el doble con respecto a ellas”, dijo Pérez Castro.

 

 

Esta información fue publicada originalmente en http://yotambien.mx/un portal sobre discapacidad inclusiva