TikTok, algo intangible que genera conflicto entre las dos potencias mundiales

Foto: Solen Feyissa en Pixabay

 

Las tensiones políticas entre los dos países más poderos del mundo, producen un entorno cada vez más tenso en la disputa por la hegemonía global del nuevo orden mundial, repleto de incertidumbre. Estados Unidos y China parecen lanzados hacia la nueva guerra fría, avanzando en un espiral de amenazas, sanciones y acusaciones de espionaje de consecuencias imprevisibles, para ellos mismos y para el resto del mundo. 

Las dos súper potencias han trasladado su confrontación política y comercial a la tecnología e internet. El centro de la riña entre estas dos naciones no implica misiles, submarinos, tecnología militar, tecnología nuclear, tecnología automotriz, mucho menos es una disputa por terrenos, conquistar una nación o espacio; sino el derecho de una aplicación, algo intangible que cabe en los celulares y se descarga en tan solo unos segundos, pero que generan un gran impacto. China es perfectamente consciente de la importancia de los propietarios de las principales aplicaciones. En su país no deja operar a Facebook, Google o Twitter.

El último asalto está girando en alusión de algo que se puede categorizar como “inofensivo”, una app de videos cortos llamada TikTok. Esta aplicación es la primera compañía de origen chino que entra exitosamente al difícil universo de las redes sociales globales. El poder y la influencia que han tomado las redes sociales hoy en día con la cantidad de usuarios, el potencial de las cosas que pueden llegar a producir se ha vuelto impresionante. 

TikTok genero más de 2.000 millones de descargas en los teléfonos de todo el mundo. Entre abril y junio obtuvo 300 millones de descargas, cifra alcanzada solo por Zoom en ese período de cuarentena. Facebook y WhatsApp se quedaron en poco más de 150 millones. En Estados Unidos hubo 165 millones de instalaciones, en España lleva meses entre las más descargadas.

Tomando la tecnología como el campo de batalla entre el gigante asiático y Estados Unidos está marcando un peligroso camino que podría arrebatarle a las redes su carácter global y su condición de espacio libre. Un aumento de las tensiones políticas procrearía la erección de muros digitales y proteccionistas.