Revés para Estados Unidos
Resulta inverosímil pensar que China, ese gigante comunista que marcó época junto con Rusia en la posguerra a partir de la Segunda Guerra Mundial, se haya convertido en el principal promotor de inversiones; el país con mayor crecimiento económico y más pujante en la economía internacional. Curiosamente, los Estados Unidos siendo el promotor histórico de la globalización y del libre comercio, ansioso de participar en la economía de la liberalización y eliminación de barreras comerciales entre naciones, hoy se muestre conservador.
Esta circunstancia se viene escribiendo desde hace varios años, sin embargó un organismo multilateral que comenzó en un Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT), posteriormente se transformó en lo que conocemos ahora como la Organización Mundial del Comercio (OMC). Esta institución creado por las potencias capitalistas hoy le da la razón al gigante asiático, economía comunista que por mucho tiempo permaneció aletargada y separada del desarrollo global y del desarrollo económico internacional.
La actual administración estadounidense está convencida de que el sistema surgido en 1945 ya no sirve adecuadamente a su interés nacional y que, por el contrario, beneficia a potencias emergentes, sobre todo China. Le dan la razón a este país para quitársela a uno de sus fundadores y principal miembro de la organización, a la economía de los Estados Unidos.
Con el ingreso de China en la OMC muchos pensaron que se abría la etapa de “disciplinar” al país comunista. La idea implícita en ese momento era que la incorporación de China al escenario conduciría a una liberalización económica y política en ese país, bajo la dirección de EEUU, sin embargo en tampoco tiempo se ha convertido en su principal competidor por la hegemonía mundial.
Vale la pena mencionar que el Organismo de Comercio Mundial, se enfrenta a un principal reto, que es su propia relevancia. En la actualidad es prácticamente imposible imaginar el estado de ánimo que reina en torno al comercio mundial, el panorama ha cambiado drásticamente. Ese impulso hacia la liberalización y la negociación ha sido reemplazado por instintos proteccionistas.