Qué cosas en la vida les hace llorar, cuestiona Papa a jóvenes durante Viacrucis en la JMJ

Los exhorta a correr el riesgo de amar

A caminar con Jesús, porque él caminó primero curando a los enfermos, atendiendo a los pobres, haciendo justicia y sobre todo, caminó al Calvario con la cruz, exhortó el Papa Francisco a los jóvenes de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), durante el Vía Crucis.

Desde la Colina del Encuentro, el Santo Padre destacó que Dios sale de sí mismo para caminar entre nosotros, y resaltó que la cruz es el signo más fiel de amor, porque fue donde Jesús dio su vida por todos.

“La cruz que acompaña cada Jornada Mundial de la Juventud es el ícono, es la figura de este camino. La Cruz es el sentido más grande del amor más grande. Ese amor con Jesús quiere abrazar nuestra vida. ¿Nuestra? Pero sí, la tuya, la tuya, la tuya, la de cada uno de nosotros. Jesús camina por mí, lo tenemos que decir todos. Jesús empieza este camino por mí, para dar su vida por mí, y nadie tiene más amor que el que da la vida por sus amigos, el que da la vida por los demás. No se olviden esto, nadie tiene más amor que quien da la vida y esto lo enseñó Jesús. Por eso cuando miramos el crucificado, que es tan doloroso, una cosa tan dura, vemos la belleza del amor que da su vida por cada uno de nosotros”, dijo.

“Yo les hago una pregunta ahora, pero no la contesten en voz alta. Cada uno se la contesta para sí: ¿Yo lloro de vez en cuando? ¿Hay cosas en la vida que me hacen llorar? Todos en la vida hemos llorado y lloramos todavía. Y ahí está Jesús con nosotros, Él llora con nosotros. Porque nos acompaña en la oscuridad que nos lleva al llanto. Voy a hacer un poquito de silencio y cada uno le diga a Jesús por qué llora en la vida. Cada uno de nosotros se lo dice a Jesús ahora, en silencio. Jesús con su ternura enjuga nuestras lágrimas escondidas”, señaló.

Agregó que en el camino, Jesús espera abrir nuestras almas, tras referir que son “feas” aquellas “almas cerradas”.

“Jesús camina pero espera algo, espera nuestra compañía, espera que miremos. No sé, espera abrir ventanas de mi alma, de tu alma, del alma de cada uno de nosotros. Qué feas son las almas cerradas, que siembran para adentro, sonríen para adentro, no tienen sentido, Jesús camina y espera con su amor, espera con su ternura darnos consuelo, enjugar nuestras lágrimas”, abundó.

Por último, los animó a correr el riesgo de amar, a pesar de las dificultades que pueda traer, puesto que dijo, al morir Jesús en la cruz, fue para que nuestras almas pudieran sonreír.

“Él espera a empujarnos, a abrazar el riesgo de amar. Ustedes lo saben, lo saben mejor que yo. Amar es riesgoso. Hay que correr el riesgo de amar. Es un riesgo, pero vale la pena correrlo y Él nos acompaña en esto. Siempre nos acompaña, siempre camina, siempre a lo largo de la vida está junto a nosotros. No tengan miedo, piensen y piensen en las ganas de que el alma vuelva a sonreír. Y Jesús camina a la cruz, muere en la cruz para que nuestra alma pueda sonreír”, manifestó.

Cabe mencionar que de acuerdo a los organizadores, en esta ocasión estuvieron presente cerca de 800 mil jóvenes, quienes en todo momento gritaban que eran la juventud del Papa, e incluso, se escuchó a la delegación mexicana con la porra: “Francisco, hermano, ya eres mexicano”.

La meditación del Vía crucis, en esta ocasión, se centró en las fragilidades, heridas y necesidades de los jóvenes, como la violencia, la soledad, las redes sociales, la salud mental, entre otras, incluso, se proyectaron tres testimonios, acorde a las estaciones.