Dedica Papa “Urbi et Orbi” para pedir por la paz, por las víctimas de la guerra y de la delincuencia
Jesucristo ha resucitado, proclamó el Jerarca católico al desear felices Pascuas a los feligreses
El Papa Francisco encabezó la Santa Misa del Domingo de Resurrección como parte de las celebraciones de la Pascua.
Ante una plaza de San Pedro en el Vaticano repleto de alrededor de 100 mil feligreses, el Sumo Pontífice en esta ocasión no caminó en la tradicional procesión, sino que llegó en silla de ruedas, ante sus problemas de salud.
Ya desde el balcón de la basílica, el Jerarca de la Iglesia Católica dedicó su mensaje de la bendición “Urbi et Orbi” para orar por el pueblo de Ucrania, Rusia y otros países en conflicto.
“Ayuda al amado pueblo ucraniano en su viaje hacia la paz y derrama la luz de la Pascua sobre el pueblo de Rusia. Consolad a los heridos y a todos los que han perdido a sus seres queridos a causa de la guerra, y haced que los prisioneros puedan volver sanos y salvos a sus familias”, expresó.
El Papa también mencionó a Siria, Líbano, Myanmar, Tunes, Etiopía, Sudán del Sur y la República Democrática del Congo, para que encuentren la paz.
Asimismo, se dijo preocupado por los recientes enfrentamientos en Jerusalén, por lo que oró para que se reanude el diálogo entre israelíes y palestinos.
“Expreso mi profunda preocupación por los ataques de los últimos días que amenazan un clima de confianza y respeto recíproco. Que se reanude el diálogo, en un clima de confianza, entre israelíes y palestinos, para que la paz reine en la Ciudad Santa y en toda la región”, manifestó.
El argentino aprovechó para referirse a la situación que atraviesan varios creyentes en países como Nicaragua, donde se les impide profesar su fe con libertad.
“Sostén Señor a las comunidades cristianas que hoy celebran la Pascua en circunstancias particulares como en Nicaragua y acuérdate de todos aquellos a quienes se les impide profesar libre y públicamente su fe”, apuntó.
Asimismo, pidió por las víctimas del terrorismo internacional, del narcotráfico, la trata de personas y los presos políticos.
“Concede consuelo a las víctimas del terrorismo internacional (…) conforta a los refugiados, a los deportados, a los prisioneros políticos y a los migrantes, especialmente a los más vulnerables, así como a todos aquellos que sufren a causa del hambre y los nefastos efectos del narcotráfico, la trata de personas y toda forma de esclavitud”, refirió.
Finalmente, el Sumo Pontífice exhortó a la comunidad internacional, a sus líderes a emprender acciones en defensa de los derechos humanos de todas las personas, principalmente de los migrantes.
“Inspira Señor a los responsables de las naciones para que ningún hombre o mujer sea discriminado y pisoteado en su dignidad, para que en el pleno respeto de los derechos humanos y de la democracia se sanen esas heridas sociales, se busque siempre y solamente el bien común de los ciudadanos, se garantice la seguridad y las condiciones necesarias para el diálogo y la convivencia pacífica”, señaló.