Adiós neoliberalismo; Keynes, hola de nuevo
Keynes vuelve a la escena económica mundial, el liberalismo económico vive su peor crisis desde la Gran Depresión. Hace unas semanas, en los Estados Unidos, con el documento emitido por Bernie Sanders, como el discurso de los primeros 100 días del presidente Joe Biden, habían causado escozor tanto en algunas multinacionales como en cierta clase política identificada plena y totalmente con el modelo a ultranza de libre mercado.
Actualmente estas ideas de fortalecer a los gobiernos “cruzan el charco”, la Unión Europea anuncia una serie de acciones encaminadas a las fiscalización más estricta de las multinacionales, respecto de sus ganancias económicas y de los impuestos que contribuyen en cada país; pero esto no es todo, la medida propuesta por la Unión Europea, pretende que las corporaciones también detalles su actividad “en condiciones preferenciales” en los llamados paraísos fiscales”.
Es inminente relacionar que las medidas fiscales propuestas, tienen como origen la pandemia del COVID-19, es decir, tras la crisis y el inaplazable regreso a una nueva normalidad con una economía global sumamente deteriorada. Los gobiernos de los países desarrollados, ya planean una economía en reactivación y para ello han definido que sean aquellos que más tienen quienes carguen con parte de la estrategia de impulso a la economía. La idea es capturar la mayor cantidad de impuestos para financiar el crecimiento.
Es fundamental reconocer, que el debate será largo, no estamos hablando ahora solo de incrementar la recaudación (ingresos públicos), sino en paralelo, también de redirigir el gasto, que significa una mayor participación de los gobiernos en la recuperación económica; estamos hablando de una transición de modelo económico.
En los próximos meses y años, veremos proyectos de infraestructura pública, inversión en innovación y desarrollo, una política social más amplia. Esto va a generar también cambios en la agenda política nacional, en la diplomacia internacional y por supuesto será un ingrediente que definirá también parte de la agenda en la geopolítica global.
La pandemia dejó claro que la salud de la humanidad es un “bien público”, ninguna empresa, ni mercado habría sido capaz de resolver el problema. Los gobiernos para bien o para mal, sin importar su ideología o el tipo del país del que hablemos, fueron determinantes. Se comprueba que los mercados no pueden regularse solos, el gobierno vuelve a ser protagonista, es decir, el Estado cumple funciones económicas fundamentales; elabora y aplica las normas y acciones necesarias para regular la actividad económica, política y social.