Suicidios de famosos pueden ‘contagiarse’ entre la población como virus

Investigadores aplicaron a los suicidios el mismo modelo matemático que se usa con el covid o malaria y descubrió que se vive un fenómeno similar

El suicidio de personalidades famosas afecta a la salud mental de las personas de forma que estas muertes parecen ‘contagiarse’ con patrones parecidos a los de una infección entre la población, de acuerdo con varios estudios.

Por ejemplo, después del 4 de agosto de 1962, cuando llegó la noticia de la muerte de Marilyn Monroe atribuida a un suicidio, hubo un aumento del 12 por ciento entre las personas que intentaron suicidarse en Estados Unidos. El fenómeno se repitió también con las muertes del actor Robin Williams y el chef Anthony Bourdain, explica El País. Estos ‘contagios’ de suicidios también ocurren cuando ocurre entre conocidos, pero se ve a mayor nivel cuando el implicado es una persona famosa. De hecho, algunos análisis explican que el cinco por ciento de suicidios juveniles ocurren por imitación. 

A raíz de estos datos, el investigador Jeffrey Shaman, de la Universidad de Columbia, junto a un equipo de trabajo, aplicaron a los casos de suicidios los mismos modelos matemáticos que se utilizan para entender cómo se transmiten enfermedades como la malaria o el covid, en un esfuerzo por entender el ‘contagio’ de pensamientos y comportamientos suicidas. El resultado de esa investigación se publicó en la revista Science Advances. 

 

El cálculo matemático

Estas cifras se calcularon a partir de las llamadas a una línea de ayuda para prevenir los suicidios y se respaldaron también con estadísticas oficiales de mortalidad.

Con Robin Williams, calculan, las probabilidades de que una persona que nunca había tenido ideas suicidas comenzara a tenerla aumentaron por mil, mientras en el caso de Bourdain fue de la mitad aproximadamente. Además quienes ya tenían ideas suicidas se volvieron “más contagiosos” y podían influir hasta diez veces más en que una persona que no lo había contemplado empezara a planteárselo.

Todo esto, señala Shaman, era temporal. Este aumento duraba sólo unas semanas, inmediatas a la muerte de los personajes.

“Un 30 por ciento de las personas que ven contenido suicida en internet, en redes sociales, no es porque lo busque, es porque se los pone delante el algoritmo, y eso es algo problemático, sobre todo en una persona en riesgo”, explica Juan Pablo Carrasco, psiquiatra del Hospital Provincial de Castellón, quien estudia cómo las redes sociales pueden contener estos ‘contagios’ o potenciarlos.

Señala que, al igual que se hace con los virus y la seriedad con la que se evita su propagación, debemos encontrar algo similar a los cubrebocas para evitar la difusión de estos contenidos y ayudar a la población sensible.

Para Shaman, todavía hace falta más trabajo para comprender cómo se difunden estos pensamientos y comportamientos. Por ejemplo, si hay variaciones en los tipos de suicidio, en cómo afectan a hombres, mujeres, e incluso las diferencias en otros países, pero esto requiere trabajos más específicos, así como aumentos en el número de trabajadores en líneas de atención telefónica, especialmente cuando ocurra el suicidio de una persona famosa.

Estos modelos matemáticos pueden ayudar a predecir el aumento de riesgos con eventos concretos que, junto a los métodos que expertos y expertas llevan años aplicando, pueden servir como contención. 

La prevención es clave

“No se trata de obviar el tema del suicidio, sino tratarlo de la manera correcta”, dice Carrasco, y pide por ejemplo no dar explicaciones detalladas sobre los suicidios en la prensa, ni tratarlos con un tinte morboso, así como incluir formas de contacto con líneas de ayuda para quienes ya presentan ideas suicidas

Los suicidios, en su mayoría, ocurren durante momentos de crisis desatendidas cuando hay a la mano herramientas para hacerlo, y no porque exista un deseo sostenido de hacerlo. Es por eso que se pueden crear medidas preventivas.

Hungría, en los últimos 20 años, redujo los suicidios a la mitad gracias al mejoramiento de la asistencia psiquiátrica y aumentando el número de líneas telefónicas para quienes viven una crisis. Dinamarca lo logró también alejando las herramientas con una medida sencilla: reducir el número de pastillas de paracetamol que las personas pueden comprar en una sola exhibición.

Si necesitas ayuda, recuerda que no estás solo o sola; puedes ponerte en contacto con estos números:

SAPTEL: (55) 5259-8121

Consejo Ciudadano: (55) 5533 5533

Emergencias: 911

Línea de la Vida: 800 911 2000

 

Esta información fue publicada originalmente en http://yotambien.mx/un portal sobre discapacidad inclusiva