El trabajo automático: Severance
Cada viernes se estrena un capítulo en Apple TV+
Soy de esas personas que creen que trabajan para vivir y no al revés. El día que perdí la inocencia, mi superior me dijo que ese video que no llegó a tiempo era de suma importancia. Aparecieron una serie de términos novedosos en su boca para definir mis errores —para sorpresa de nadie, el lenguaje evoluciona, primeramente, para oprimirnos mejor—: los KPIs, el workflow, los monthly goals y la visión y misión, acompañados de una regañiza, tuvieron su lugar para recordarme que, si a mi superior se lo pidieran, me dejaría en la calle si de ello dependiera su propio ascenso.
Días después, envuelto en una cobija, con un té chai en mano, mi gatito naranja ronroneándome entre los pies, sobre mi silla de oficina ergonómica, haciendo caso omiso a mis responsabilidades del día, desde la comodidad de la parte de mi cuarto que llamaba oficina, me vi una serie sin precedentes que retrata una de las mejores soluciones jamás pensadas para resolver el dilema del trabajo: forzar el automatismo. Porque Severance, con un punto de partida argumental tan sencillo —crear personas capaces de trabajar en automático y sin memoria de ello—, ataca todos los puntos críticos de "lo laboral" y su evolución en los últimos años.
Hay series que valen la pena por su cinematografía o por sus actuaciones. También la franquicia detrás o el dispositivo narrativo suelen ser un gran gancho. Baby Reindeer, por ejemplo, nos habló el año pasado de una problemática universal: la soledad y el costo que podemos llegar a pagar por suplirla. En ese mismo camino entra Severance, pero esta vez con una cuestión mucho menos explorada y tal vez igual de preocupante. Porque, en estos tiempos de automatización, digital nomads y empleos cada vez más abstractos, cuestionarnos acerca del trabajo es menester. Severance está emitiendo su segunda temporada cada viernes en Apple TV+.