Ve colectivo nacional lucha feminista contaminada de conveniencia por encima de la convicción

La integrante de este colectivo, Magdalena Cruces Galán, trajo a la mesa la Ley de Violencia Vicaria

El Colectivo Nacional de Mujeres por la Igualdad dijo ver que la lucha feminista en México está contaminada a conveniencia de ciertos grupos, por encima de las convicciones y luchas sociales que hay pendientes.

En Telereportaje, la integrante de este colectivo, Magdalena Cruces Galán, trajo a la mesa la Ley de Violencia Vicaria, que busca proteger a la mujer y a los hijos ante una posible agresión por parte del hombre, ante lo que lamentó que sólo se vea al género masculino como el violentador, cuando los abusos pueden ejercerse por parte de cualquiera de las partes.

Ventiló que la impugnación de esta Ley se encuentra en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, donde consideró que hay una tendencia de algunos ministros, particularmente de Arturo Zaldívar, en dar marcha adelante sin escuchar a agrupaciones que buscan una igualdad de condiciones para hombres y mujeres.

Por ello, Cruces Galán advirtió que los hombres están quedando en la indefensión, con una nueva “ingeniería legal”, presionada por colectivos feministas que no buscan la igualdad sino el contar con más derechos para un grupo de personas, sin importar que también puedan ejercer violencia.

“Esos colectivos feministas son para un tipo de mujeres, porque hay mujeres de tercera a quienes no nos reciben. Cuando ven que estamos en contra de la violencia vicaria, por ejemplo, que está en contra de las feministas a favor de esta ley, no les conviene. Nosotros estamos a favor de la alienación parental, que era para cualquiera de los progenitores sin importar si es hombre o mujer, pero dice que el hombre es el único que puede cometer esta violencia. Están sacando todos los días leyes donde el hombre es el único que puede ejercer esa maldad, y la mujer no. Imagínate ese absurdo”.

Malena Cruces dio a conocer el caso de un grupo de senadores que estaban en contra pero se vieron presionados para avalar esta Ley que retrataría al hombre como único posible violentador dentro del ámbito familiar.

“A nosotros nos tocó en el Senado que visitamos a legisladores que dijeron que iban a votar en contra, los presionaron feamente, y ahí la senadora Malú Mícher dijo que le iba a regalar a sus colectivos consentidos el 8 de marzo la Ley de Violencia Vicaria, y salió al vapor. Los senadores que estaban en contra, los bombardearon, y doblaron las manos, y todos a favor”.

Cuestionada sobre su postura con las leyes de acciones afirmativas que obligan a tener igual cantidad de candidaturas para mujeres que para hombres, la integrante del Colectivo Nacional de Mujeres por la Igualdad criticó que esto puede dejar a gente más capacitada para un cargo público, fuera del mismo, por cumplir con cuotas.

“Me parece que eso es un absurdo. Si vas a operar a tu hijo, ¿a quién buscas? ¿Qué sea mujer, hombre o el más preparado? A mí no me interesa el género, sino qué propones para el país. En la Comisión de Derechos Humanos e Igualdad de Género son cuatro mujeres, no hay hombres, no hay paridad, y nadie se queja. Si fuera al revés, ya veríamos. Yo voy a los juzgados, hay más jueces mujeres que hombres, y hasta a mí me denigra porque eres tratada como si tuvieras una discapacidad. Piden igualdad de género en puestos privilegiados, ¿pero por qué no pedirlo en las minas?”.

Al final, la activista reflexionó que la única forma de cambiar esta situación, es que la sociedad presione a los gobiernos para que apliquen la Ley a cualquiera que la quebrante, y no perseguir únicamente a una persona por su género.

“Tú hablas en privado con amigos y te dicen que no lo entienden, que no les gusta. Por eso esos colectivos no representan nada. - ¿Gobierno debería de detenerlas? – Claro. Unas personas que tomaron un inmueble de la CNDH llevaban dos años viviendo ahí, paraban el tráfico y pedían una cuota para pasar, hasta que llegó una mujer y no quiso pagar. Le empezaron a golpear el coche. Como era mujer, lograron sacarlas del inmueble. Yo creo que las sociedad tiene la obligación”.