Zakia Khudadadi, la primera medallista paralímpica del equipo de refugiados

La afgana consiguió colgarse el bronce en parataekwondo e hizo historia no solo para su país, sino para el equipo de refugiados que representa

Zakia Khudadadi hizo historia en los Juegos Paralímpicos de París 2024. La ya de por sí impresionante hazaña de ganarse una medalla en esta competencia se vio impulsada por ser la primera persona del equipo de refugiados en colgarse una presea.

Con tan sólo 25 años, la paratleta consiguió la medalla de bronce para la comitiva de personas refugiadas en la disciplina de taekwondo, categoría K44 de -47 kilos. 

El 29 de agosto fue una noche que Zakia siempre recordará. Aunque había sido vencida en sus primeros encuentros, logró entrar al repechaje. Tras vencer a sus dos rivales, se ganó su merecido lugar en el podio y se colgó la medalla de bronce. El público enloqueció y su entrenador la acompañó con alegría, mientras de las gradas se alcanzaban a leer letreros: “¡Ganar una medalla en París! Ese es el sueño”.

Fahimeh Robiolle, una profesora franco-iraní, la conoció y decidió ayudarla, llevándola a Francia para ponerla a salvo. Ahora festeja con ella este gran triunfo: “Lo que ha hecho Zakia es extraordinario, por las mujeres, por Afganistán. ¡Y es muy buena persona! Va a ser un faro de luz, dando a conocer que otra vida es posible para las personas con discapacidad”.

Ahora Zakia es parte del equipo paralímpico de refugiados, que representa a 120 millones de personas a nivel mundial. Personas que han sido desplazadas de sus lugares de origen por la guerra, la inseguridad, las condiciones climáticas o la extrema pobreza. El equipo actualmente tiene integrantes de seis países y participa en seis disciplinas: paratletismo, paratenis de mesa, parataekwondo, paratriatlón, parahalterofilia y esgrima en silla de ruedas.

Zakia Khudadadi perdió parte de su brazo izquierdo cuando tenía sólo siete años. Era víctima de bullying y burlas, por lo que el deporte le brindó no sólo una forma para defenderse, sino una comunidad donde podía pertenecer.

“Por tres años he sido una taekwondoína profesional y hoy gané porque detrás de mí está la República Francesa, el equipo de refugiados, y mi mejor coach, Haby Niare. Todos ganamos hoy”, dijo al finalizar su competencia.

Consciente de la gran plataforma que tiene ahora y de los ojos del mundo puestos sobre ella, no dudó en mandar un mensaje sobre la situación actual de su país: “quiero darle esta medalla al mundo entero; espero que un día haya libertad en mi país, y en todo el mundo, para todas las niñas, para todas las mujeres, y para todos los refugiados”.